Opinión

Lo que significa un verdadero gobierno fiscalmente conservador

Lee aquí la columna de la secretaria general del partido Proyecto Dignidad

Un verdadero gobierno fiscalmente conservador se caracteriza por una gestión responsable y prudente de los recursos públicos. Un gobierno donde su presupuesto fiscal no gasta más de lo que recauda. Un gobierno que prioriza el gasto en los servicios esenciales como lo son la salud, la educación y la seguridad.

Un gobierno fiscalmente conservador es aquel que evita el despilfarro y reduce el tamaño del Estado cuando es innecesariamente grande e ineficiente. Una administración se caracteriza por ser fiscalmente conservadora cuando asegura que el presupuesto anual no tenga déficit y evita recurrir sistemáticamente a la deuda para financiar gastos. Si hay deuda, diseña un plan claro y sostenible para reducirla. La deuda solo se justifica para inversiones estratégicas, tales como infraestructura, y no para gastos corrientes.

En el tema de los impuestos, busca eficiencia en la recaudación y no sube impuestos de forma indiscriminada. Un gobierno fiscalmente conservador busca continuamente crear condiciones para que el sector privado prospere, ya que ve a la empresa privada como el motor principal del crecimiento económico. Uno de los aspectos que distingue a un Estado fiscalmente conservador es la transparencia y la rendición de cuentas que constantemente tiene ante sus ciudadanos. Establece normas claras de control del gasto y fiscalización del uso de los fondos públicos.

Ahora bien, luego de describir qué significa un gobierno fiscalmente responsable, analicemos lo que ocurre en Puerto Rico. Uno de los grandes problemas que tenemos, en Puerto Rico, es la cosmovisión que la población tiene con relación a las funciones del Estado.

Históricamente, le hemos adjudicado al gobierno responsabilidades que no le confieren. Por décadas, el gobierno se ha entronado en nuestra sociedad como el estado benefactor, que tiene la responsabilidad de satisfacer y suplir las necesidades básicas de sus ciudadanos. Nos hemos acostumbrado a ver al gobierno como el que tiene que resolver los problemas sociales, justificamos su intromisión en los aspectos económicos y hasta le rendimos pleitesía a los políticos tratándolos con ciertos aires de realeza. Esta cosmovisión nos ha traído los serios problemas económicos de carácter estructural que actualmente tenemos.

Hemos mal acostumbrado a nuestra ciudadanía a que el gobierno nos resuelva todo, llevando a nuestros políticos a caer en la trampa del populismo. Este populismo se caracteriza por apelar a los sentimientos y pasiones del elector para movilizar el voto en masa a base de quien me da más beneficios. Este modelo económico keynesiano, que prevalece en Puerto Rico, nos ha llevado a la quiebra. Durante décadas, hemos visto un gobierno gigante, que cada vez pone más impuestos para sostenerse y seguir acaparando con sus tentáculos en nuestra sociedad.

Luego de conocer lo que es un gobierno fiscalmente conservador, analicemos brevemente si el gobierno actual de Jenniffer González cumple con los criterios de este. En primer lugar, el presupuesto presentado para el año fiscal 2025-2026 alcanza la cifra de $13,100 millones, un 1.5% más que el presupuesto anterior, lo que significa un aumento de $400 millones. Esto lo posiciona como el presupuesto más grande en la historia presentado; o sea, en vez de reducir el gigantismo del gobierno, estamos viendo cómo la estructura gubernamental sigue creciendo. Luego de anunciar y hacer alarde en el mensaje de presupuesto, que presentaba el primer presupuesto balanceado y que lo realizó en conjunto con la Junta de Supervisión Fiscal, tuvo que salir al siguiente día a reconocer que el presupuesto no estaba balanceado debido a un alza de un 21% en las tarifas del Plan Vital. Donde ha salido a relucir que la gobernadora de este dato antes de dar su mensaje de presupuesto.

Otro anuncio que llamó la atención fue el “rescate financiero” de $35 millones para beneficiar alrededor de 44 municipios, quienes enfrentan una crisis fiscal y no podrán pagar sus nóminas próximamente. Lo interesante de este “rescate financiero” es que no se presentó ninguna acción o plan para reducir gastos y eliminar “grasa” o “desperdicios” para hacer que las administraciones municipales y la administración del gobierno centrales sean más eficiente y eficaces.

Volvemos a cometer los mismos errores del pasado, poniendo parchos y asignando fondos no recurrentes para resolver problemas fiscales de forma momentánea. En el mensaje de presupuesto, no se habló nada sobre cómo se va a mitigar los recortes de fondos federales que ya la administración del presidente Donald Trump ha comenzado a ejecutar. Es de conocimiento general que la economía de Puerto Rico tiene alta dependencia de los fondos federales y, sin duda, se verá afectada con los cambios de la política pública de la administración Trump.

Mientras la administración federal constantemente está buscando medidas de eficiencia para bajar su presupuesto, en Puerto Rico seguimos con el mismo patrón de gastos sin medidas administrativas que garanticen una sana administración fiscalmente responsable. Les exhorto al pueblo de Puerto Rico a no dejarse llevar por palabras bonitas y populistas de nuestros políticos. Analicemos más las acciones que las palabras.

Síguenos en Google News:Google News

Lo Último