Opinión

A romper las cadenas de la desigualdad

Lee aquí la columna del representante por el Partido Independentista Puertorriqueño

Durante décadas, los gobiernos del bipartidismo han sido cómplices de promover y aumentar la pobreza, desigualdad social y consecuente dependencia económica de amplios sectores de la población. Esa dependencia se manifiesta a través de los diversos programas de ayuda económica.

La noticia sobre la posibilidad de que el Congreso de Estados Unidos apruebe una reducción sustancial en los fondos del Programa de Asistencia Nutricional (PAN) y del Programa Suplementario de Asistencia Nutricional ha pasado un tanto desapercibida ante la opinión pública puertorriqueña. Curiosamente, la gobernadora ha intentado restarle importancia a un escenario de esa naturaleza porque no desea “crear alarma”.

Sin embargo, para casi la mitad de las familias del país, que son beneficiarias del PAN, incluyendo aproximadamente 230,000 personas que participan del programa y también trabajan, el hecho de que sea muy probable que haya un recorte de dichos fondos es un asunto extremadamente serio.

El pasado año fiscal, los beneficiarios del PAN recibieron $3,174.3 millones, que representaron la fuente principal de fondos para su sustento alimentario.

Independientemente de si la congelación de los fondos del PAN en Puerto Rico es de $1,000 millones hasta el año 2034, o de la cuantía que finalmente se determine, la mayoría republicana ya logró que la propuesta de reducción de fondos fuese aprobada en la Cámara federal.

Además, la política fiscal del presidente Donald Trump tiene como uno de sus objetivos primordiales la reducción del presupuesto del gobierno de Estados Unidos y que esto ocurra sin importar el impacto que dicha política tenga sobre las familias pobres de ese país, incluyendo nuestras familias empobrecidas desde hace muchas décadas.

En síntesis, tenemos que estar preparados para el peor escenario posible porque de lo que se trata es del bienestar de cientos de miles de personas vulnerables, a quienes el látigo de la pobreza, el desempleo y la marginalidad les azotará con fuerza adicional si la agenda republicana sobre este asunto logra ponerse en marcha.

Por ello, es tiempo de promover el desarrollo económico, promover salarios justos, insertar a gran parte de la población en el mundo del trabajo, con salarios dignos. La dependencia es signo de injusticia social y colonialismo. Hay que romper esas cadenas.

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