Opinión

¡Claro que hay que debatir!

Lea la columna del periodista Julio Rivera Saniel.

Metro Puerto Rico
Julio Rivera Saniel Metro Puerto Rico

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No sé si a usted le pasa lo mismo, pero en lo que a mí respecta, extraño escuchar ideas. De las específicas. De esas que contestan preguntas que todos –o la mayoría tenemos- sobre asuntos puntuales del país. Y no hablo de las generalidades de siempre. Ya sabe. De propuestas como “hay que combatir el crimen” o “hay que incentivar la economía local” o “tenemos que atender el problema de vivienda” o “me preocupa la baja natalidad”. A todos nos preocupan esos temas. Pero de quienes aspiran a dirigir los destinos del país hace falta escuchar más que una lista de deseos o temas pendientes. Antes de pedirnos el voto, que nos expliquen “cómo”.

Porque lo que hay que hacer lo tenemos claro todos y todas en mayor o menor grado. El “cómo atender” esos asuntos es lo que necesita mayor discusión. Claro que por estas fechas pocos candidatos quieren debatir. Muchos porque enfrentan primarias y recurren al histórico “con los míos no debato” para evitar enfrascarse en una batalla de ideas que levante ronchas al interior de sus partidos. Pero el tiempo para escudarse en el “con los míos no” va terminándose. O debería. ¿O es que acaso usted que me lee está dispuesto a votar a lo adivino en este momento en el que el país precisa de ideas específicas para problemas puntuales? Si ese es su caso, lo lamento. El voto desinformado anclado en lo bien o mal que le cae un candidato no es otra cosa que un voto altamente irresponsable. Y lo es también aquel en el que usted presta su voto a candidatos de su partido solo porque, pues, son de su partido. Así, sin mayores contemplaciones. Sin exigir, como mínimo, que esa persona le convenza con sus ideas. Porque usted tendrá que coincidir conmigo que dirigir debe ser mucho más un asunto de lo que pienso y qué propongo que dé como me veo, como están mis niveles de simpatía y cuan bonita es mi sonrisa. O eso pienso yo.

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En esa misma línea, le invito a pensar en lo siguiente.

Si ya me decidí a votar por un candidato o candidata, ¿Cuáles de sus propuestas o ideas han hecho que se gane mi voto?

¿Qué propone hacer ese candidato o candidata para atender el problema de Vivienda que vive el país en el que para muchos es casi prohibitivo comprar vivienda?

¿Qué proponen hacer esas personas por las que usted apuesta para enfrentar de manera efectiva el problema del crimen vinculado al narcotráfico que nos arrebata todas las semanas cerca de diez vidas de hombres jóvenes?

¿Qué ideas han presentado sus candidatos favoritos para asegurarse de que el país no sufra de escasez si se presentara un problema de suministro de alimentos a nuestros puertos?

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¿Cómo harán esos candidatos para atender el asunto del alza constante en el costo de vida? ¿Qué piensan sobre el Plan de Ajuste de la Deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica y la posibilidad de que se nos establezca un cargo por 35 años que no solo usted sino sus hijos terminarán pagando?

¿Cómo se proponen esos candidatos atender el grave problema de acceso a la Salud que vive la isla? ¿Están dispuestos a impulsar las recomendaciones que aún esperan legislación para prepararnos a enfrentar los efectos del Cambio Climático? ¿Ha propuesto ideas concretas para frenar el envejecimiento de nuestra población e incentivar a las personas en edad reproductiva no solo a que se queden en la isla sino a que tengan hijos?

Si no puede producir una respuesta, el problema lo tiene usted que se conforma con muy poco. Si no puede producir respuestas a esas preguntas y, aun así, piensa votar por ellos, entonces parece que tiene razón aquel que dijo que los países tienen los gobiernos que merecen.

¡Claro que hay que debatir! ¡Claro que hay que confrontar propuestas e ideas! ¡A ponernos las pilas, que proteger lo que nos queda de país no es cosa pequeña!

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