Elmer y Zaragoza, ¿los subestimados?

Lea la columna del periodista Rafael Lenín López.

Metro Puerto Rico
Rafael Lenín López Metro Puerto Rico

Hasta hace poco Elmer Román y Juan Zaragoza podían verse ante los electores del PNP y PPD como los “underdogs”. Es decir, bajo la expectativa general de que no tienen oportunidad para vencer en sus respectivas primarias internas, uno para la candidatura en Washington, el otro para la gobernación de Puerto Rico.

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Sin embargo, eventos recientes pudieran cambiar esa expectativa y ponerlos a ambos en la carrera real, si es que no lo estaban.

En el caso del PNP, el alegado fraude cometido con los endosos presentados por la campaña de Román como requisito para correr bajo las reglas de la Comisión Estatal de Elecciones, ha dado un giro que lo pudiera convertir en victima ante la opinión pública. El uso de la figura de su hijo por parte de la campaña de Pierluisi pudiera ser contraproducente para la aspiración a la reelección del incumbente y William Villafañe, su elegido como compañero de papeleta.

En la política el uso de la familia como “tarjeta” de ataques casi nunca funciona positivamente para los intereses del que ataca, a menos que se pruebe una conducta indebida monumental.

No hay dudas que la campaña de Elmer Román ha fallado grandemente en enfrentar el issue. Ello pudiera adjudicarse a su inexperiencia en el terreno político electoral, pero la realidad es que está rodeado de veteranos en estas aguas profundas. Román debió enfrentar la controversia desde el primer día sin temor a aceptar los errores, involuntarios o deliberados, de su equipo de campaña, remover a los responsables y referirlos a las autoridades si era necesario. Con el ataque a su hijo, tiene un escudo, pequeño y fugaz, con el cual podrá respirar algunos días en lo que se reenfoca la discusión pública en el tema central.

En el lado rojo, ayer, Juan Zaragoza presentó su equipo de campaña de cara a la primaria en la que enfrentará a Jesús Manuel Ortiz por la candidatura a la gobernación en el Partido Popular Democrático. Su equipo causó una buena impresión inmediata por tratarse de gente con experiencia, conocida en la administración pública, sin grandes controversias que les hayan opacado y que, hasta cierto punto, representan la institucionalidad del partido, a pesar de él no ser el presidente de la colectividad. Incluso una exgobernadora, Sila Calderón, estuvo presente apoyándole.

No hay duda de que la presentación de Zaragoza envía un mensaje a los populares de que su campaña es en serio, que realmente busca ser gobernador y que cuenta con mentes y “canas” a su alrededor para respaldar su gestión de resultar electo. Para Jesús Manuel Ortiz esto pudiera representar un problema en la medida que no contrarreste pronto ese mensaje, exhibiendo profundidad en su discurso. De lo contrario, su campaña pudiera comenzar a verse pequeña ante la de Zaragoza, aunque esto no represente más o menos votos el 2 de junio, día de las primarias.

La realidad es que los equipos de campaña no suman o restan grandes cantidades de votos por sus meros nombres o presentaciones en sociedad. En una primaria, en la que se presenta el corazón del rollo de un partido, lo que mueve a ese elector a votar por x o y candidato es la posibilidad de triunfo que le ve eventualmente a ese precandidato en las elecciones generales frente al partido adversario. ¿Por qué? Porque los electores y los partidos lo que quieren es llegar al poder, con buenas, malas o ninguna intención. Es la naturaleza de los partidos. Esa proyección sí la logra el equipo de campaña y para eso es que tienen que trabajar los asesores de los candidatos.

¿Por qué usted cree que Pierluisi alardea tanto de los millones de su campaña? Porque eso lo proyecta como ganador. De eso se trata todo.

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