En la isla tenemos un serio problema de hombres matando a sus parejas o exparejas y las fallas del sistema para disminuir esta problemática realmente son para estar buen tiempo discutiendo el asunto. Nadie puede negar que el sistema falla con frecuencia. Entonces, ¿vamos a descansar en ese sistema del que tanto hablamos de que falla para protegernos?
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Hace unos días se reportó la muerte de Karla Rodríguez y su compañero sentimental a manos de un cobarde ex novio de la joven que luego de los asesinatos terminó suicidándose para evitar las consecuencias de sus actos y pagar por lo que hizo. La joven había acudido al Tribunal para que que se tomara remedios que la protegieran, que se le diera una orden de protección y que encarcelaran al hombre tras ingresar a la residencia de ella cuando no estaba. El asesino se llevó unas cámaras de seguridad el día que penetró a la propiedad.
La orden de protección fue concedida el mismo día en que solicitó, mientras, se convocó para el día siguiente la vista en Regla 6, según trascendió. Los fiscales sometieron cargo por “maltrato agravado” por penetrar a la residencia y un cargo menos grave de “apropiación ilegal” por llevarse las cámaras. La jueza que vio el caso determinó causa por la apropiación ilegal y no causa por el “maltrato agravado” de entrar a la residencia. Según el juez Carlos Salgado Shwarz, presidente de la Asociación Puertorriqueña de la Judicatura, lo que la jueza al parecer tomó en consideración fue que la víctima no estaba en la residencia al momento que el hombre entró, y también que éste tenía acceso a la propiedad porque tenía las llaves de las cerraduras. La víctima no las había cambiado.
Días después, el asesino veló que la víctima saliera de la casa con su nuevo compañero, supuestamente a una fiesta o una actividad, salió de un área de vegetación y los mató a ambos.
Trascendió que cuando la jueza no determinó “causa” en el caso de “maltrato agravado”, la víctima alegadamente le expresó:“Acuérdese de mi nombre porque lo dejó libre y voy a ser una estadística más”. Eso revela que la joven sí tenía alguna certeza de que el individuo iba a intentar matarla.
Con este cuadro, dentro de la discusión de todos los aspectos del caso Salgado Shwarz y el exfiscal José Lozada hicieron expresiones en el sentido de que las víctimas también deben tomar precauciones cuando presienten que sus vidas corren peligro. Dichas expresiones causaron “indignación” y duras críticas. Yo me pregunto, ¿cuál es la ofensa?
O sea, aquí, con un serio problema de hombres matando a sus parejas, ¿no se puede decir que, como ciudadanos, porque víctimas podemos ser todos, también tenemos una responsabilidad con nosotros mismos? ¿Hay que esconder la discusión de que tenemos que tomar medidas y protegernos? ¿No debemos plantear este ángulo para que mujeres que están en situaciones similares puedan abrir los ojos y también se cuiden?
Tocar y exponer ese ángulo no es poner la responsabilidad en la víctima y quitársela al sistema, ¡no! Es utilizar este crimen para que otras personas vayan más allá a la hora de protegerse a sí mismos y a los suyos. Me niego que este tema y ese ángulo de autoprotegerse sea un tabú que no se puede hablar, discutir y ayudar a otras víctimas a que vean cuán importante es tomar medidas también como prevención. Eso de “¡shhhhhh!, eso no se dice” es esconder una realidad que también hay que discutir. El haber cambiado las cerraduras, tristemente no hubiese evitado, en este caso, el trágico final porque el cobarde la mató fuera de la residencia. Claro que no se le puede responsabilizar. Ahora, mirando hacia el futuro y cómo alertar a otras víctimas, ¿no se puede discutir eso públicamente porque entonces es que están responsabilizando a la víctima? Difiero totalmente.
Mi planteamiento, repito, no es que en el caso de esta joven ella fue responsable porque no lo es, mi punto es que dentro de todas las discusiones que se deben dar con este problema, es pertinente e indispensable hablar también de la responsabilidad que tenemos todos como ciudadanos y/o como víctimas de tomar medidas para protegernos.
Habiendo dicho eso y, de otra parte, hace unos años discutí públicamente que el sistema judicial también es parte responsable a la hora de combatir el crimen. ¿Cómo? No siendo indiferentes en muchos casos, como los que hemos discutido o tomando las cosas livianamente sin ir más allá, tomando decisiones que no dan ni cosquillas a los criminales, cuando pueden ser más exigentes a la hora de impartir justicia y enviar mensajes de que las leyes, y sobre todo, la vida de los demás se respeta, etc. “Es que los jueces no tienen que enviar mensajes con sus sentencias” pueden pensar algunos con intereses en que sus clientes paguen lo menos posible. Yo sé que mi posición puede causar urticaria, pero en los casos criminales, con personas violentas, como el asesino de Karla, no se puede tener la mano blanda que tienen muchos jueces. No son todos pero pueden ser muchos.
Todos somos responsables de protegernos para evitar convertirnos en víctimas y lo digo en términos generales. No podemos expresar y admitir que el sistema falla en muchas ocasiones y al mismo tiempo confiar en que no tenemos que hacer algo porque se supone que el sistema fallido nos proteja. A toda víctima, pero en especial a las mujeres que luchan para ser totalmente libres de las cadenas que sus parejas quieren mantenerles, no hay violencia pequeña porque las de menor impacto van a ir aumentando. Es fácil decirlo, pero nadie sabe, solo quien lo vive, pero no por eso debemos dejar de expresar que se protejan buscando todas las medidas que estén a su alcance, que no esperen a que sea muy tarde, que abran los ojos con otros casos lamentables y no confíen en que “él va a cambiar”. Eso nunca va a ocurrir. En mi opinión, expresar eso más que “victimizar” puede salvar.