Opinión

Democratizando la educación de cara al futuro de Puerto Rico

Lee aquí la columna del Gerente de Investigación de Foundation for Puerto Rico

Francis Pérez
Francis Pérez

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En 2021, Foundation for Puerto Rico empleó la metodología del Índice Global de Innovación para evaluar la posición de Puerto Rico en comparación con otros países en términos de capacidad y actividad innovadora. El Índice identificó que la isla ocupó el puesto #15 entre 132 países en cuanto al gasto en educación como proporción de nuestra economía. Sin embargo, el desempeño de nuestros estudiantes en lectura, matemáticas y ciencias, evaluado a través de las pruebas estandarizadas PISA, se rezagó, ocupando el puesto #69. Esta discrepancia subraya un desafío crucial; debemos mejorar la efectividad de nuestro sistema educativo para traducir el uso de dinero en resultados académicos reales.

La raíz del problema reside en el modelo educativo tradicional predominante, particularmente en las escuelas públicas de Puerto Rico. Este modelo es uno estandarizado, donde los currículos se imparten a los estudiantes al mismo ritmo, independientemente de sus habilidades, intereses o conocimientos. Los estudiantes se agrupan por edad y se enfatiza el aprendizaje pasivo, con el profesor como la principal fuente de conocimiento. El éxito se mide a través de pruebas estandarizadas, ofreciendo poco espacio para la retroalimentación y la atención a las necesidades individuales. Además, una proporción significativa de nuestros estudiantes enfrentan desafíos como pobreza y discapacidades, lo que dificulta aún más el aprendizaje. Esta realidad subraya la urgencia de atención y educación individualizadas, un enfoque que mejora significativamente la alfabetización y el rendimiento educativo. Sin embargo, proporcionar dicha educación para todos sigue siendo un desafío importante, conocido académicamente como el problema de las dos sigmas. Es evidente que el acceso a una educación personalizada, como la tutoría individual, a menudo está determinado por el estatus socioeconómico de la familia del estudiante y no su potencial.

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La buena noticia es que, con los avances en la IA y la tecnología, ahora poseemos herramientas que pueden ayudar a superar este problema. Los modelos educativos que integran IA pueden proporcionar una educación personalizada con menos recursos, adaptando los materiales de aprendizaje a las fortalezas y debilidades de cada estudiante. Al utilizar grandes modelos de lenguaje (LLMs) y chatbots, el aprendizaje es más interactivo y adaptativo. Esto significa que el material educativo se puede proveer al ritmo y el estilo de aprendizaje de cada estudiante asegurando que ningún estudiante se quede atrás.

Actualmente, muchos estudiantes en Puerto Rico enfrentan un desfase o un rezago académico. Acontecimientos como huracanes, terremotos y la pandemia han interrumpido su proceso de formación académica. Plataformas de educación que usan IA pueden ayudarnos a atender el rezago. Estas plataformas pueden hacer pruebas diagnósticas para saber qué tanto sabe cada estudiante y luego darle un programa de estudios que se ajuste a sus necesidades. De esta manera, pueden ayudar a más estudiantes a alcanzar sus metas académicas.

En resumen, estas plataformas de educación pueden entender las preferencias de aprendizaje de un estudiante y proporcionar retroalimentación en tiempo real, esencial para abordar las lagunas de conocimiento y garantizar un crecimiento educativo continuo. También puede revolucionar la forma en que se evalúa a los estudiantes, utilizando estrategias como las pruebas adaptativas para medir con precisión la comprensión y el progreso de los estudiantes. Además, puede liberar a los maestros y profesores de tareas administrativas, permitiéndoles enfocar su tiempo en fomentar la curiosidad intelectual y facilitar interacciones con y entre los estudiantes. La aplicación de la IA va más allá de las escuelas. Los padres pueden tener acceso detallado al progreso educativo de sus hijos, entendiendo sus fortalezas, debilidades y progreso.

Es evidente que abordar problemas estructurales, como el acceso a Internet de alta velocidad y el equipo informático, es un requisito previo para hacer realidad esta visión. También hay que continuar invirtiendo en capacitar a nuestros recursos humanos. La Inteligencia Artificial (IA) posee un potencial transformador para la educación. Mediante la integración de la IA, podemos crear un sistema educativo más equitativo y democratizado, pero para lograrlo se necesita acción, inversión y adopción extensiva.

Priorizar el acceso equitativo a estos recursos debe ser un objetivo central para nuestro gobierno y sociedad si realmente deseamos democratizar la educación y mejorar la calidad de vida de todos los puertorriqueños. Al invertir en educación impulsada por la IA, invertimos en nuestros niños, nuestros estudiantes y nuestros profesionales mientras moldeamos un futuro más brillante e inclusivo para Puerto Rico. La pregunta es, ¿nuestros líderes van a darle prioridad a una iniciativa que dará frutos a largo plazo?

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