La crisis de salud que enfrenta nuestro país es una llamada de atención que no podemos ignorar. Nuestro sistema sanitario está en un estado crítico, y es necesario abordar de manera urgente los problemas que lo aquejan.
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Como sabemos, y es meritorio entender, necesitamos un sistema de salud que atienda las necesidades de nuestros ciudadanos. Lamentablemente, por el costo de la inflación de vida, diferentes cambios en el manejo y administración de nuestro sistema de salud y entre otros problemas sociales que agravaron la manera en que se prestan los servicios de salud en Puerto Rico. Es inaceptable que existan disparidades en el acceso a la atención médica entre diferentes estratos sociales.
La salud es un derecho humano fundamental que debe ser garantizado para todos, sin importar su condición económica. Otro aspecto crucial de esta crisis es la necesidad de fortalecer la prevención y la promoción de la salud. En lugar de centrarnos únicamente en la atención médica curativa, es fundamental invertir en programas de educación para la salud, campañas de prevención de enfermedades y promoción de estilos de vida saludables. Solo así podremos reducir la mortalidad en nuestro país, el aumento en los costos de la prestación de servicios de salud y mejorar la calidad de vida de nuestra población.
Actualmente, tenemos un sistema de salud que cuesta billones de dólares y por esto, es necesario implementar políticas que incentiven la formación y retención de profesionales de la salud, así como garantizar salarios justos y condiciones laborales adecuadas. Recientemente, hemos vivido múltiples situaciones que nos demuestran que el mismo debe de ser cambiado.
En la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes, la cual tengo el honor de presidir, asumimos una gran responsabilidad y hemos atendido varios de los problemas que apremian a Puerto Rico con legislaciones que buscan mejorar problemas dentro del sistema sanitario. Entre las piezas legislativas trabajadas se encuentran: la declaración de la salud como un servicio esencial, la uniformidad en los procesos de credencialización para proveedores de salud para su contratación por parte de las aseguradoras, establecer un sistema de manejo multisectorial uniforme para atender los accidentes cerebrovasculares (“strokes”) en Puerto Rico, enmiendas a la Ley Antifraude del programa Medicaid, enmiendas a la Ley de ASES para la aprobación de tarifarios mínimos para el pago de proveedores del Plan Vital, la negociación colectiva de los profesionales con las aseguradoras de planes privados; entre otras.
La crisis de salud en nuestro país es real y atenderla es un reto de todos nosotros, pero también una oportunidad para unirnos como pueblo, transformar nuestro sistema y construir una sociedad más saludable. Es momento de unir fuerzas, de trabajar juntos en busca de soluciones y de garantizar que la salud sea una prioridad en la agenda nacional. Solo así podremos lograr un futuro en el que cada persona tenga acceso a una atención médica de calidad y pueda disfrutar de una vida plena y saludable.