Opinión

¿Asambleítas o asambleotas?

Lea la columna del periodista Rafael Lenín López

Metro Puerto Rico
Rafael Lenín López Metro Puerto Rico

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Ya he dicho antes que vengo de una familia que estuvo muy metida en la política electoral en mi pueblo Guayanilla. De chamaco recuerdo que me llevaban a las grandes caravanas y a las enormes concentraciones de cierres de campaña. Recuerdo que el éxito de esas movilizaciones se medía dependiendo de cuántos cientos o miles de carros arrastraba tal o cual candidato, si el inicio de la caravana estaba en un pueblo y el fin, en otro. ¿Y qué me dicen de los cierres de campaña? Recuerdo las grandes concentraciones en estadios como el Ramón Lubriel de Bayamón. ¡Oigan, y no estamos hablando de la prehistoria! Son eventos de hace poco más de 15 años, o mejor dicho tan solo tres o cuatro ciclos electorales atrás.

Ahora son asambleítas en vez de grandes concentraciones y rallies en vez de monumentales caravanas. Y son muchos los factores que han influenciado en esto, pero el principal a mi juicio es la apatía al proselitismo electoral que han traído al escenario nuevas generaciones. Por ello, el hard core de los partidos ha disminuido enormemente en la pasada década. Ante eso, los partidos, todos, se tienen que adaptar. A unos les ha costado más trabajo que a otros. Sin embargo, ello no supone que las reuniones que convocan sean inconsecuentes al momento de analizar fortalezas y debilidades.

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La asamblea que celebro el Partido Popular Democrático el pasado domingo en Trujillo Alto demostró que tienen que evolucionar de manera significativa en su discurso, estructura e ideología. Un partido que potencialmente enfrentará una primaria por las principales dos candidaturas políticas en el 2024 (gobernación y la silla en Washington) debe exhibir, en cualquier circunstancia, una efervescencia mayor de su base más comprometida. El que eso no ocurra significa que ninguno de los lideres en disputa levanta las pasiones suficientes que se necesitan en una contienda política.

Por su parte, el Partido Nuevo Progresista se prepara para celebrar su asamblea el próximo domingo en un lugar mucho más amplio, el Coliseo Roberto Clemente de San Juan. Pierluisi ha catalogado de floja la reunión popular. Esa crítica se convierte en un reto autoimpuesto, probablemente involuntario, para que demuestren mayor poder de convocatoria. No anticipo que el PNP tenga ese problema ya que se ha demostrado históricamente que su hard core es mucho más agresivo para ese tipo de evento y más, teniendo una potencial primaria por la candidatura a la gobernación entre el incumbente y Jenniffer González.

Como ocurrió en el PPD, donde el alcalde de Villalba pareció tener más respaldo de los reunidos en Trujillo Alto, la actividad de los penepés este domingo sí supondrá una medición de fuerzas entre sus actuales dos lideres, lo quieran o no.

Aunque esa medición de fuerzas pudiera ser trivial para muchos, en la política hay una máxima: percepción es realidad. Ya en el PPD el alcalde de Villalba está al frente (tanto así que Jesús Manuel Ortiz presento rápidamente ayer su plan de trabajo para presidir el partido en un obvio intento de recuperar terreno) y quien obtenga mayores vítores el domingo entre los azules, de igual forma lo estará. La ventaja para el PNP es que la elección no será hasta junio del 2024, mientras los rojos tienen su primera ronda el 7 de mayo próximo.

La última vez que el PPD enfrentó una elección interna similar fue en el 1995 cuando Héctor Luis Acevedo fue escogido líder de la colectividad tras la derrota de la hija de su padre fundador, pero aun así luego perdieron en las elecciones frente a Pedro Rosselló quien se encontraba en su mejor momento con la entrega de un millón de tarjetitas como parte de su plan de privatización del sistema de salud de Puerto Rico. Los populares tienen menos experiencia que el PNP en la celebración de primarias y elecciones internas, y ahí están en desventaja también.

En fin, sean asambleítas o asambleotas, acorde con los tiempos que vivimos, no deben menospreciarse y sí, son barómetros para medir el nivel de fortaleza o debilidad de cara a los próximos comicios. Recuerden, percepción es realidad en este terreno.

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