Opinión

Opinión de Jesús Manuel Ortiz: Pierluisi y sus cómplices

Lee aquí la columna del representante del PPD.

La reestructuración de la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) es el primer paso para establecer un recorte de gran parte de la deuda que garantice, entre otros asuntos, una tarifa razonable para ciudadanos y comercios, una garantía de pago al sistema de retiro de los empleados de la AEE y el cumplimiento de esta agencia con lo establecido en la Política Pública Energética. Precisamente, este era el propósito del Proyecto de la Cámara 1383. A pesar de esto, el gobernador Pierluisi vetó el proyecto estableciendo varios puntos que, en mi opinión, demuestran claramente que el gobernador está del lado de los bonistas y de la Junta de Supervisión Fiscal. El Gobernador fue implacable en este veto, expresando que la ley PROMESA ocupaba el campo en todo lo relacionado con la reestructuración de la deuda de la AEE. De hecho, la delegación del PNP votó en contra del proyecto.

Sin embargo, nuestra asamblea legislativa entendió necesario activar sus facultades para ir por encima del veto del gobernador. Esto en reconocimiento de la importancia de esta reestructuración para que redunde en una tarifa mucho más accesible para, además de quitarle una carga a nuestra gente, comenzar a mover y desarrollar nuestra mermada economía. Era un segundo turno al bate para que, aquellos que le votaron en contra la primera vez, repensaran su decisión llevando un mensaje contundente al gobernador y poniendo al país primero.

El pasado martes, ante los ojos del país, la delegación PNP se hizo cómplice de su gobernador y nuevamente votó en contra al Proyecto de la Cámara 1383 y a la decisión de ir por encima del veto. ¿Qué significa esto? Sencillo, tanto el Gobernador como su delegación legislativa prefieren negociar, como se enteró el país esta semana, un cargo de 23 dólares mensuales en tu factura de energía eléctrica antes que dejarle claro a la Junta que no podemos seguir pagando por un sistema de energía ineficiente y excesivamente caro. Poner los intereses políticos por encima de las necesidades de la gente siempre será una mala decisión.

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