Opinión

Opinión de Miguel Rosa: La noche que los jóvenes se apoderaron de la ‘tele’

Lee aquí la columna del fotoperiodista y profesor universitario.

Columna de opinión de Miguel A. Rosa sobre la transmisión en televisión del concierto de Bad Bunny.
Miguel A. Rosa

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La noche del pasado jueves 28 de julio de 2022, la televisora Telemundo marcó un hecho sin precedentes en Puerto Rico, al transmitir por primera vez a nivel nacional un concierto de reggaetón. En ese momento los jóvenes se apoderaron de la televisión. Un grupo de chicas y chicos de nueva generación, se unieron para producir y dirigir una propuesta para televisión con una mirada distinta, en la que el espectador era primera persona y formó parte del concierto del principio a fin.

Las imágenes que se transmitieron por televisión fueron pensadas para que cada televidente se sintiera participante del concierto, lo que trasladó al teleespectador al Coliseo José Miguel Agrelot. Los jóvenes detrás de la apuesta utilizaron multiples formatos, variedad de angulaciones en los planos de cámaras y la incorporación de plataformas transmedia.

La transmisión del concierto de Bad Bunny evidenció que la televisión puede ser diferente, al romper estructuras de producción y sus formatos. Y es que este suceso ha significado todo un impulso que ignoró la rigidez de la televisión a la que estamos acostumbramos en Puerto Rico. La transmisión televisiva fue una oportunidad para otorgar al televidente un papel activo.

Un reflejo claro de la realidad que vivimos en 2022, y que supone el abandono del estilo televisivo aburrido en nuestra sociedad. El concierto de Benito Martínez Ocasio, conocido artísticamente como Bad Bunny, enunció la llegada de la nueva televisión. De acuerdo con Elena Neira, profesora de Comunicación Social en la Universidad Abierta de Cataluña la nueva televisión debe adaptarse al espectador y no viceversa.

Una de las repercusiones del concierto fue el debate generado horas antes en redes sociales sobre el vocabulario. Este polemizaba sobre algunos términos en las letras de las canciones. Algo ya usual en el reggaetón y en otros géneros musicales. Habría que señalar el criterio arbitrario y contradictorio de esta corriente, que sin embargo, no denuncia cuando en televisión se ridiculizan sectores de nuestra sociedad.

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Vale la pena recordar la reflexión del doctor Grabriel Paizy, decano de la Escuela de Comunicación Ferré Rangel de la Universidad del Sagrado Corazón, en un artículo titulado como. La Condena de las ‘Malas Palabras’ en el que puntualizó lo siguiente: “la realidad es que no existen las buenas ni las malas palabras, al igual que no existen los buenos y los malos en la historia. Todo es relativo. Lo que sí existen son las buenas o las malas… intenciones. Con una palabra considerada ‘buena’ se puede hacer más daño que con una de esas palabras sentenciadas al zafacón del desprecio y la condena”.

En nuestra sociedad conviven varias generaciones, los medios de comunicación social deben apelar a todas por igual. La televisión en Estados Unidos y sus territorios, es regulada de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC). Aunque dicha agencia ha realizado cambios en las regulaciones, sigue siendo ortodoxa. Es decir, no se ha flexibilizado a la realidad de los tiempos de la sociedad actual. La última revisión de la Guía para el Consumidor fue en el año 2016, cuando en la sección de transmisión de contenido obsceno, indecente o profano establecen las siguientes regulaciones:

  • Contenido obsceno: no está protegido por la Primera Enmienda. La Corte Suprema ha establecido una prueba de tres condiciones para determinar si un contenido es obsceno: Debe estar dirigido a los intereses más lascivos de una persona corriente; debe ilustrar o describir una conducta sexual de forma “patentemente ofensiva” y visto como un todo, debe carecer de serio valor literario, artístico, político o científico.
  • Contenido indecente: la representación de los órganos sexuales o excretores o sus actividades, de manera tal que no llega a ser obsceno de conformidad con la prueba de tres condiciones establecida por la Corte Suprema.
  • Contenido profano: incluye lenguaje “sumamente ofensivo”, considerado como una molestia pública. Entre los factores que toma en cuenta la FCC para determinar cómo aplicar las normas, se incluye la naturaleza específica del contenido, el horario de transmisión y el contexto en que se efectuó la transmisión.

Los contenidos considerados indecentes y profanos están prohibidos por radio y televisión de emisión abierta, entre las 6 de la mañana y las 10 de la noche,cuando hay un riesgo razonable de que los niños sean parte de la audiencia.

Finalemente, no solo la televisión debe adaptarse a la realidad de los tiempos; todos los medios de comunicación deben hacerlo. Y para ello es necesario experimentar con los nuevos estilos de consumo de la sociedad. La nueva televisión existe y se puede acceder a través de internet donde ya gran parte de la sociedad tiene acceso a un contenido globalizado. Se trata un espacio inclusivo, cuya esencia reside en que todo ciudadano juega un rol activo y es representado adecuadamente.

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