Es innegable el aumento en el costo de la vida a nivel global. La pandemia, la crisis climática y por supuesto el conflicto en Ucrania son solo algunos de los factores que han influido recientemente en el aumento del costo de diversos bienes. En el caso de Puerto Rico, se suma otro factor, la Junta de Control Fiscal. El ente dictatorial comenzó a arrasar mucho antes que María, estremeció nuestras finanzas antes que los terremotos y golpeó a la clase trabajadora antes que la pandemia.
Desde el 2017 hemos visto el ataque feroz de la Junta hacia nuestro bolsillo. La UPR cuesta tres veces más que antes, nuestros impuestos han sido hipotecados por los próximos 40 años al servicio de la deuda, entre otras medidas. Además de los elementos que ya estamos viendo y que nos afectan, desde entonces la Junta ha insistido a través de los planes fiscales en estrangular más a todos los sectores, pero la triste verdad es que aunque el golpe es igual a todos los sectores, son aquellos que ya estaban en desventaja los que resultan más heridos. No es casualidad la alta tasa de migración, 50,000 compatriotas se fueron cada año entre el censo del 2010 y el del 2020.
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A pocos días del fin de la sesión ordinaria, el Gobernador convocó a una sesión extraordinaria con un proyecto de ley que busca “aliviar nuestro bolsillo” debido a los aumentos en los servicios de agua y energía eléctrica. El gobernador esconde bajo el manto de la inflación y los altos precios del combustible las razones para dichos aumentos y ofrece quitarle $200 millones a la Corporación del Fondo de Seguro del Estado como alivio.
Por supuesto que hace falta un alivio. Pero no es honesto adjudicar a fenómenos globales los aumentos en las tarifas de servicios básicos. Se trata de un problema muy local, se trata de los aumentos que la Junta viene proponiendo desde su creación que cuentan con proyecciones de ingresos hasta el 2027, también de lo que ha significado la llegada de LUMA. No es honesto seguir exigiendo sacrificios al Pueblo, en este caso desfalcar la CFSE, cuando la herramienta es no ceder a los reclamos de la Junta. Ante la cobardía frente a la Junta, la osadía de seguir exigiéndonos al Pueblo. No es correcto, no es justo.