Independientemente de las diferencias que uno pueda tener con el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), en mi caso, creo que no se puede negar que la organización política ha sido una voz fuerte en muchos reclamos de desigualdad, ha hecho y hace sus aportaciones en nuestra sociedad. Quien lo niegue, es un fanático.
Sin embargo, hoy vemos que esa voz alta, exigente e intolerante a las desigualdades es menguada y tímida cuando el escándalo es sobre sus propias actuaciones.
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Hace unos días se viene discutiendo unas denuncias, que inicialmente trataban de alegadas acciones machistas y misóginas, por parte de un candidato a alcalde de la colectividad en Aguadilla. No obstante, en otro caso la denuncia llega al tema de la agresión. Dentro de las denuncias, todas tienen en común que el liderato del PIP estaba al tanto de las mismas y había hecho nada o muy poco. El partido no ha podido combatir con efectividad el señalamiento de “encubrimiento” por su propia pasividad tratando su caso, comportamiento muy distinto a cuando se trata de otros.
La persona que hizo la denuncia inicialmente indicó a la periodista Perla Alessandra Hernández en el portal digital Es Mental: “En mi momento utilicé los canales oficiales existentes. Entregué fechas, detalles y testigos que corroboraron lo que sufrí del 2019 al 2021. Mi agresor admitió los hechos… Hoy también me niego a participar por segunda vez de un proceso doloroso y de la posibilidad de volver a re victimizarme. Mi caso debió estar resuelto desde abril y sin embargo ahí sigue Eliezer Ríos Santiago sin repercusiones. Decepcionada, pero no asombrada”. ¿No asombrada? ¿Porqué no le asombra la inacción del PIP?.
Otra persona que se identificó en redes sociales como víctima de acoso en el partido expuso que su salud se afectó, primero por ser víctima, y segundo “…por la inacción de todos a los que les planteé la situación… Para que tengan una idea por qué el PIP es un boys club. La persona que me está sustituyendo, ahora que renuncié, Carlos Hernández ex candidato a alcalde de Moca, se expresó sobre el tema para decir que Eliezer cuenta con su apoyo. ¿Patria Nueva para quién?”.
El PIP indicó que el 9 de abril tomó conocimiento del caso del candidato pipiolo de Aguadilla, Eliezer Ríos Santiago, que a su vez es empleado de la vicepresidenta del PIP, María de Lourdes Santiago, en el Senado. La víctima dijo que éste admitió los hechos. En términos cronológicos, el 9 de abril el PIP supo del caso, la víctima asegura que Ríos Santiago aceptó su responsabilidad, pero dos meses y medios después la cúpula del partido dice que la investigación no ha culminado y que por eso no han tomado acción. Si la alegación es que el denunciado admitió y esa parte no ha sido desmentida hasta el momento, ¿qué más necesita el PIP? ¿Dos meses más?
La senadora Santiago dijo en NotiUno 630 que buscaban una solución en la que ambas partes quedaran satisfechas. ¿Cómo se puede encontrar un “happy medium” en un caso donde se denuncia agresión, machismo y trato misógino? ¿Qué espera la senadora Santiago que ceda la alegada víctima en esa mediación? Quizás eso explique porqué dos meses y medio después de enterarse no han hecho algo concreto con la denuncia, porque están llevando el caso como uno de mediación en el que la víctima quede tan satisfecha como el alegado victimario.
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Yo no puedo decir que, si ese panorama fuera correcto, se haría evidente que el PIP estaba tratando de amapuchar el caso de “un camarada”, de “un compatriota”, pero sí estoy seguro de que es lo que ellos dirían de otro partido.
El segundo caso planteado es de Moca, es otro en el que se indica que la colectividad también estaba al tanto e hizo nada. Eso contradice al PIP cuando indica que solo tenían conocimiento de uno.
El PIP ha procurado, por años, poner la vara lo más alta posible a los demás. Por ejemplo, en el caso del Departamento de Educación expresaba el ex candidato la gobernación, Lcdo. Juan Dalmau: “No puede ser que nos acostumbremos al incumplimiento contumaz y vergonzoso del Departamento de Educación. No puede ser que permanezcamos silentes ante tal atropello. No puede ser que la insensibilidad impere sin consecuencias.” Estoy de acuerdo con él. Hablamos de nuestros niños y jóvenes. ¿No es lo que hablan las alegadas víctimas en el PIP? ¿Que ha habido un incumplimiento del partido, que han permanecido silentes ante el atropello del maltrato a la mujer y que la insensibilidad con ellas impera en el PIP?
Puerto Rico tiene un serio problema de violencia contra la mujer, que se manifiesta desde un simple comentario machista, misógino, hasta maltrato sicológico y/o agresión física. Por lo tanto, es un asunto tan serio como el de nuestros estudiantes.
¿Hubo incumplimiento contumaz y vergonzoso del PIP con las mujeres que alegan ser víctimas y que la colectividad ignoró lo que aseguran vivían? ¿Permanecieron silentes en el PIP ante el atropello que vivían las alegadas víctimas? ¿Puede ser que la insensibilidad imperó sin consecuencias? Bueno, luego de que los casos se les saliera de las manos, se les escapara del silencio en el que aparenta intentaban mantenerlo, pues a lo mejor habría alguna consecuencia porque, como los demás partidos, en el PIP también “hay que jugar para las gradas”.
Contrario a lo que planteaba de no guardar silencio en el caso de la educación de nuestros estudiantes, en el caso de las alegaciones de maltrato de líderes pipiolos a mujeres de la colectividad, Dalmau no fue muy vocal. Imperó un poco… o bastante, el silencio. Se limitó a dar un retuit de María de Lourdes Santiago y se retiró del juego. No obstante, al parecer la presión mediática por su silencio lo llevó a disculparse por no hacer expresiones y explicar que se trató de una decisión del partido de que el caso lo atendiera Santiago, como ha ocurrido anteriormente cuando hay controversias sobre el machismo en el PIP, que el asunto lo atiende una mujer, Santiago.
En parte de su reacción, Dalmau pareció intentar virar la tortilla acusando al PNP y al PPD de ser machistas por insistir que él se expresara como candidato a la gobernación sobre un tema tan delicado, y no aceptar que fuera Santiago la que se expresara. Los invitó a mirarse en el espejo en el tema del machismo. La pregunta es, ¿y eximimos al PIP de mirarse en el espejo?. ¿Acaso ahora la discusión se reduce quienes son más machistas o macharranes que quién?
Finalmente, ¿no es el PIP el que señala, señala y señala las fallas de los demás? De hecho, sus señalamientos a las pajas en el ojo de los demás estaban tan enfocadas que no vieron la viga en su propio ojo… o no quisieron verla. Pretendiendo dar lecciones en los medios de como se tienen que hacer las cosas dan a entender que en dicho partido nada falla, que todo está cubierto, más en asuntos como el discrimen y maltrato contra la mujer. Trascendió, por admisión propia, que el PIP no tiene protocolo para el manejo de maltrato contra las mujeres. Digo, a menos que haya algo de narcisismo político y se entienda que al ser independentistas o pipiolos nacen revestidos de cierta pureza, de un nivel de perfección humana que no existía la más mínima posibilidad de necesitar protocolos así.
A todos los partidos y líderes se les debe tratar por igual. En mi caso, mis escritos hablan por sí solos escribiendo sobre el PNP, el PPD, MVC y el PD. El PIP no puede estar exento de la fiscalización y señalamientos de la prensa cuando lo amerita.
Todos los partidos deben ser fiscalizados cuando fallan y eso hago. Algunos podrán entender el rol del periodista y a otros les molestará porque entienden que la fiscalización solo le aplica al PNP, al PPD o a otros sectores. ¿Qué resientan la fiscalización? ¿Qué traten de invalidar mis pensamientos, escritos u opiniones? Puedo entenderlos, pero honestamente no me quita el sueño. Cualquier partido, no hablo exclusivamente del PIP, que entienda que la prensa debe tratarlo distinto, pues debe ser parte de un narcisismo político.
Mi compromiso no es con partido alguno, es con mi libertad de decir lo que pienso de las cosas, de los partidos y de sus líderes… mi compromiso es con los que esperan de mí que trate a todos por igual. El día que me preocupe más el que un partido o sus líderes dejen de hablarme o darme entrevistas, pues ese día seré yo, como persona y como periodista, el que esté fallando conmigo y con el pueblo.