Es necesario despertar a una realidad. Es importante resolver nuestro problema de estatus, pero debemos entender que la definición de nuestro estatus político en última instancia no define, ni resuelve, de manera definitiva las preguntas fundamentales que forjan el bienestar de los ciudadanos que habitan esta tierra. Me explico.
Hoy en día hay estados de Estados Unidos de América definiendo aspectos fundamentales del bienestar de sus ciudadanos entre políticas socialmente conservadoras o liberales de izquierda. Pero no solo en lo social, sino en lo económico también.
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De la misma manera encontramos en Latino América repúblicas independientes adoptando políticas conservadoras económicas y sociales, mientras que otras implementan medidas de extrema izquierda, social y económica a su vez. Y es que el mundo político, y Puerto Rico no esta ajeno a ello, está despertando a que a los ciudadanos cada vez mas le importa que sus gobiernos respondan a unas visiones fundamentales sobre la vida, la familia, la comunidad, la economía y el ambiente, ya no centradas en análisis separados y no interconectados entre estos asuntos, y se necesita sustituir por una visión clara de quienes somos como personas, como llegamos hasta aquí y hacia donde vamos.
Para nosotros en Proyecto Dignidad al ser humano se le ha impartido dignidad humana por causa de haber sido creado por el Dios todo poderoso en quien depositamos nuestra confianza de vida individual y colectiva. Esto trasciende la religión, y se fundamenta en una visión de vida en donde el ser humano no se sirve así mismo, ni existe para si mismo, sino que existe y sirve en su vida para algo que lo trasciende y de donde proviene su identidad y dignidad
Es por lo anterior que nuestra función de gobierno y ejercicio de poder político no va dirigido a meramente administrar un presupuesto o a dirigir un aparato gubernamental o satisfacer mis deseos de felicidad. Nuestro ejercicio de poder político va dirigido a preservar en todo momento esa dignidad del ser y fomentarla para que una verdadera cultura de vida florezca entre nosotros. Por eso favorecemos una cultura de vida y no de muerte.
La cultura de vida mira al ser humano y la familia como centro del quehacer político y no como mero instrumento para alcanzar el poder. La cultura de vida busca poner el poder verdaderamente en las manos de pueblo, pero no para el caos y el desasosiego, sino para que tenga los recursos en sus manos para poder crear, emprender, crecer económicamente, dispuesto a trabajar para mejorar nuestra calidad de vida. Así, la cultura de vida busca que la política pública vaya dirigida a que sus empresarios puedan tener el dinero en sus bolsillos para que lo puedan invertir, crecer y mejorar las condiciones y paga a sus trabajadores. Un dólar en la empresa privada, en el bolsillo de la gente o en una organización sin fines de lucro comprometida hace más que $100.00 en las manos de gobierno.
Así, la cultura de vida no se detiene en conseguir proteger la vida en el vientre materno, sino que busca que esa familia que se forja en un Puerto Rico necesitado del crecimiento de sus comunidades sea el referente moral y educativo de donde se cuaje el Puerto Rico que queremos. Ya es hora de buscar incentivar a los nuestros o a los que vienen a Puerto Rico con el compromiso real de que la cultura de vida sea la que prevalezca.
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