Opinión

Opinión de Alex Delgado: ¿El principio del fin del PPD?

Lee la columna del periodista y director de programación de NotiUno.

Alex Delgado | Columnista

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El Partido Popular Democrático (PPD) atraviesa una nueva crisis de identidad y liderato que no le permite a la colectividad enfocarse en su trabajo de fiscalizar. Han pasado 16 meses de gobernación del Partido Nuevo Progresista (PNP) y el PPD ha invertido más tiempo en auto fiscalizarse que en fiscalizar al partido de gobierno.

El Estado Libre Asociado (ELA), que es la bandera que mantiene vivo al electorado popular, ha sufrido duros cañonazos. Ha resultado ser que no todo lo que le vendieron a los populares, y a la ciudadanía en general, era cierto. No me atrevo a decir que lo vendieron a sabiendas que no era correcto. Quizás se creían lo que explicaban. La “autonomía” que decían tenía el ELA no era más que una ilusión óptica. Tan es así que en los últimos años “el americano” nos rompía el presupuesto gubernamental en la cara y nos imponían el que ellos entendían por vía de la Junta de Supervisión Fiscal. Este último presupuesto fueron ellos los que nos dieron permiso para ejecutarlo.

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En diciembre de 2015 Aníbal Acevedo Vilá reveló una tensa conversación que tuvo con la ex senadora de Nueva York, Hillary Clinton, en el 2006.

Narró Acevedo Vilá: “Mi intención era conversar brevemente con ella sobre status y luego pasar a los asuntos para los cuales le había pedido la cita, pero la conversación tomó lo que para mí en aquél momento fue un giro inesperado. Hillary respaldó no solo el proyecto recién presentado en su totalidad, sino todas las conclusiones del informe del Task Force de Casa Blanca. Recuerdo con claridad que el momento más tenso de la conversación y que resume su esencia, fue cuando yo le pregunté: “usted me está diciendo que cree que tiene el poder para aprobar una ley que diga que yo no soy más el gobernador de Puerto Rico”; y su respuesta fue breve pero contundente: “nunca lo haremos, pero sí, lo tenemos”. Mi reacción como estadolibrista fue desafiante y le dije: “la reto a que lo haga para probarle en los tribunales que está equivocada”. De más está decir que ese fue el fin de la reunión… Hoy, con el beneficio de la distancia y de la experiencia, ya el coraje con Hillary se me pasó. Ella simplemente me estaba diciendo su verdad, una verdad que hoy ya sabemos que es la posición oficial del Congreso de Estados Unidos y de la rama ejecutiva del gobierno federal”.

En términos de status, son miles los populares, y no populares también, que vivieron entendiendo que el ELA era una herramienta que los americanos no tenían el poder de trastocar unilateralmente porque había un “pacto bilateral”. Hoy no pueden negar que somos una colonia, y el que diga que no lo somos pues es como el penepé que dice que la estadidad está más cerca que nunca. Ya no se trata de “vestigios coloniales”. La cruda realidad es que somos colonia, aunque ciertamente también hay personas que no tienen ningún problema con eso.

Desde la semana pasada el tema del aborto es otro tema que ha puesto sobre la mesa las fricciones filosóficas en el PPD. Aunque los que creen en el aborto o apoyan que quien quiera se los practique han sido más vocales, me sospecho que en la base del PPD son más los que favorecen restringir la práctica de culminar con la vida de un bebé, que es la posición del presidente de la pava y del Senado, José Luis Dalmau. Todas estas controversias y desilusiones ideológicas plantean si estamos ante el principio del fin del PPD.

Las organizaciones se transforman y muchas veces se hace indispensable que dichas transformaciones se hagan desapareciendo lo conocido y comenzando con algo nuevo. De hecho, así nació y creció el PNP, desapareciendo el Partido Estadista Republicano. Aunque pienso que esta colectividad también está en turno para desaparecer como la conocemos.

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El PPD establece que son “la casa grande donde cabemos todos”. Por lo que vemos ni ellos mismos caben en su casa. Entonces, ¿cómo caben otros con más visiones distintas?. Creo que en un partido se es o no sé es algo. ¿Cómo va a dormir un pro americano con un antiamericano? ¿Cómo se abrazan en esa casa un pro aborto con un antiaborto?, etc. Estamos en otros tiempos y ante una generación que aborrece la tomadura de pelo. El PPD debe definirse como colectividad. O son liberales o son conservadores, o son pro Estados Unidos o anti Estados Unidos, de izquierda o de derecha, capitalistas o socialistas, pero la teoría de que pueden ser “un chispito de todo” quizás funcionaba cuando había menos escolaridad en la isla, hoy no.

Al PNP lo define su deseo y búsqueda de la estadidad, al PIP y a Victoria Ciudadana la independencia, el socialismo, al Proyecto Dignidad su filosofía estrictamente conservadora y religiosa. Si el PPD insiste en la utopía conceptual de que, como colectividad se puede ser y no ser al mismo tiempo, estando ante una generación más educada y que reclama posturas definidas, más podrían acercarse a su fin como partido.

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