Muchos se preguntan si hay selectividad en las causas ambientalistas. Por los hechos, yo creo que sí.
Por ejemplo, en el caso del condominio Sol y Playa de Rincón, para impedir la reconstrucción del área recreativa del complejo, y buscando que se destruyera lo que se había reconstruido hasta el momento, montaron un campamento, enfrentaron a los residentes, la seguridad, la Policía, montaron un “campamento permanente” con congas, bomba y plena.
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Hoy tenemos el caso de Las Mareas en Salinas donde, sin duda, se ha cometido un daño ambiental, por años, y las denuncias han caído en oídos sordos.
Hagamos una comparación del caso de Sol y Playa en Rincón, y el de Las Mareas en Salinas.
En Rincón se trató de la reconstrucción post huracán María de un área recreativa que ya existía, por lo tanto ya había impacto en el terreno. El reclamo era porque la erosión costera había creado una nueva zona marítimo terrestre, por lo que el lugar de reconstrucción ya no era propiedad del complejo, si no del gobierno o el pueblo.
La consigna principal era que la playa era del pueblo y estaban privando a la ciudadanía de ese espacio. El anidaje de tinglares fue parte de la campaña, pero no fue el reclamo principal. En la narrativa ideológica de crear discordia entre clases sociales, se utilizó el estribillo de que allí vivía “gente de chavos”, conectados con el gobierno y que incluía a un primo del gobernador Pedro Pierluisi.
En otras palabras, las justificaciones aplicadas para crear y mantener un campamento permanente en Rincón fue: que le quitaban las playas al pueblo, que allí vivía gente de chavos, que truquearon los permisos y que afectaban el medio ambiente. En el caso de esa área recreativa hablamos de un espacio mucho más pequeño que en Salinas.
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Veamos cuál es la situación en Las Mareas.
Comencemos porque estamos hablando de un terreno 25 veces más grande que el de Sol y Playa, es un terreno sensitivo e impactado negativamente. En Las Mareas zumbaron relleno en el mangle, construyeron casas y establecieron un área de campers. Eso es una reserva natural protegida. Según ha trascendido, no medió permiso alguno del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales. Se habla de que parte de los que allí tiene propiedades hay figuras de altos estratos sociales, “gente de chavos”.
Con ese panorama es más que evidente que las alegaciones en el caso de Salinas son de mayor impacto que en Rincón. ¿Ha visto usted en Las Mareas las congas, las carpas, los bailes de bomba y demás que vimos en Sol y Playa? ¿Por qué? Es una buena pregunta porque el mangle es del pueblo, hay un indudable daño ambiental, y ¿no es zona marítimo-terrestre?. ¿Porqué en Rincón se participa de forma presencial con un campamento y en el caso de Las Mareas casi se hace por Zoom, de lejitos? ¿No amerita Salinas las mismas acciones tomadas en Rincón?
Esto que ocurre en Salinas no es de conocimiento público reciente. El 25 de julio del 2015 Inter News Service publicó la denuncia de Víctor Alvarado, portavoz de Diálogo Ambiental: “Incluso la propia secretaria del DRNA, Carmen Guerrero, se personó al lugar en junio, y prometió que resolvería el asunto. Nos preocupa, porque esto tiene que atenderse con prontitud. Camiones siguen llegando al lugar en las noches para rellenar y comenzar a tirar cemento en el terreno para las zapatas de las estructuras… Además, se presentó otra querella al Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos por violaciones a la Ley de Agua Limpia. En este caso, por el efecto negativo sobre los manglares que son considerados humedales”. Desde Carmen Guerrero se prometió resolver. Siete años más tarde ¡empeoró!.
La ex secretaria del DRNA, Tania Vázquez, envió una carta el 2019 a la entonces secretaria del Departamento de Justicia, Wanda Vázquez, para que investigara lo que le correspondía, en términos de delitos criminales. Pasó ¡nada!.
Este caso mostraba todas las alertas desde por lo menos el 2015, las autoridades tenían la bomba en las manos y en lugar de desactivarla, la soltaron y salieron corriendo.
Estas cosas pasan porque en Puerto Rico hay muy pocas consecuencias, por la dejadez del gobierno. ¿Qué hay en Salinas que el gobierno no encuentra cómo meterle mano y los “ambientalistas” de Rincón hacen la campaña a distancia, contrario a la presencial en Sol y Playa? ¡Esa es la pregunta!