El pasado martes fue colgado en el Senado el nombramiento de Enrique Volckers Nin como director del Puerto Rico Innovation and Technologies Service (PRITS) al bajarlo por descargue, precisamente con la intención de liquidar dicho nombramiento. La intención de la delegación del Partido Popular Democrático (PPD) en el Senado iba dirigida también a “pasarle el rolo” al juez Roberto Rodríguez Casillas, designado para ocupar una vacante en el Tribunal Supremo de Puerto Rico.
Primero tomemos el caso de Volckers Nin. Cuando se le preguntó al portavoz senatorial del PPD, José Aponte Dalmau, la razón para colgar a este designado, su simple y llanita respuesta fue “Es una determinación de caucus”. Eso es todo, lo que parece un “porque sí”.
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Sin duda ambos cuerpos legislativos, tanto Cámara como Senado, tienen el poder de confirmar o rechazar cualquier designación de cualquier gobernador. Ahora bien, no debería ser “porque sí”, el pueblo merece una respuesta, una explicación racional, sensata. Hasta donde sé, Volckers Nin aclaró todos los cuestionamientos planteados públicamente, y lo que restaba por evaluar era si tenía la capacidad de ejercer la función que conlleva el puesto.
Sobre ese particular creo no debe haber duda que tenía los galones para ser el director del PRITS, tenía el conocimiento, la capacidad y el deseo. No lo conozco en lo personal y probablemente nos hemos cruzado dos o tres veces por mi trabajo como periodista. No obstante, todas las referencias que he tenido de personas que lo conocen son positivas. Aunque el PRITS ha desempeñado por los pasados años, es una agencia que tuvo su rol protagónico, por primera vez, con el Vacu-ID, una herramienta desarrollada y ejecutada con éxito por Volckers Nin. Ya estaba en proceso el marbete digital, algo que también le da visibilidad a la dependencia gubernamental. De hecho, e irónicamente, hace unas semanas el PRITS asistió al Senado cuando un hacker realizó un ataque cibernético al alto cuerpo.
De otra parte, la delegación del PPD iba directo a fusilar la designación del juez Rodríguez Casillas para el puesto de juez del Tribunal Supremo de Puerto Rico. Bajarían el nombramiento por descargue, por lo que el gobernador decidió retirarlo antes e impedir que lo colgaran, supongo para trabajarlo más adelante ya que si lo cuelgan, no puede volver a ser nominado. Sin embargo, el presidente senatorial, José Luis Dalmau, ya le hizo la cruz a Rodríguez Casillas. Las noticias cambian, y probablemente La Fortaleza entiende que el líder legislativo puede necesitar algo más adelante y se pueda negociar una confirmación.
Ante la intención de bajar el nombramiento del juez por descargue para colgarlo, el portavoz del Partido Nuevo Progresista, Thomas Rivera Schatz, sometió una moción solicitando que se bajara también por descargue el nombramiento de la designada a jueza superior María Josefa Dabastos Anglade, quien es la esposa del portavoz del PPD en el Senado, Javier Aponte Dalmau. Éste, que ha jurado no interviene y que se abstiene de participar de cualquier forma en lo que tiene que ver con el nombramiento de su esposa, brincó de la silla y objetó públicamente para el record la moción de Rivera Schatz, que probablemente llevaba a que se colgara el nombramiento de Dabastos Anglada.
¿Porqué respingó Aponte Dalmau cuando vio la movida de Rivera Schatz? Obviamente para proteger a su esposa y evitar que la colgaran. ¿Y dónde quedó lo de que él no intervenía en absolutamente nada del nombramiento de su esposa? Es obvio que el senador Aponte Dalmau está ejerciendo la influencia que pueda tener para un asunto personal, porque lo que tiene que ver con su esposa es un asunto personal, un asunto de matrimonio.
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Tanto a Volckers Nin como al juez Rodríguez Casillas se les negó vistas públicas para que les realizaran todas las preguntas que quisieran, ante los ojos del pueblo. Probablemente llevarlos a vistas públicas, si ambos proyectaban bien, sería contraproducente en la agenda de colgarlos porque quedarían peor ejecutando en el paredón dos nombramientos de personas que estaban y están cualificadas para los puestos a los que aspiraban.
Cuando veo lo ocurrido, y habiendo incrementado hace unos días la tensa relación entre Rusia y Ucrania, es inevitable establecer una analogía. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, al igual que el nefasto “líder” alemán, Adolf Hitler, quiere demostrar al mundo quién es el que manda en su comarca, quién es el que tiene poder en la región y que no deben subestimarlo.
El presidente del Senado, José Luis Dalmau, no es una figura conflictiva, todo lo contrario, pero probablemente tiene unos “comandantes” que operan de otra forma. Su presidencia está pegada con chicle, es decir, no es una presidencia sólida en términos de apoyo abrumador, por lo que no puede tampoco calentarse con los suyos.
Como en el caso de Rusia y Ucrania, la legislatura local ha mostrado por los pasados 18 meses su necesidad de mostrar quién manda. “En la Cámara mandamos los populares”, expresó el presidente cameral Rafael Hernández. Por su parte, Dalmau también ha expresado que no quiere llenar la vacante del Supremo, y aunque no lo dice lo real es que busca esperar que el PPD tenga control del ejecutivo y legislativo para nombrar un juez afín con la visión del PPD.
Como mencioné, sí, la legislatura tiene el poder de no confirmar, lo que no debe ocurrir es colgar nombramientos “porque sí”. Cualquier gobernador tiene el derecho y poder de nominar, y la legislatura el derecho y el poder de confirmar o colgar. Sin embargo, aparte de lo que es justo con los nominados, de tener la oportunidad de ser escuchados en vistas públicas, lo justo con el pueblo es manejar estos procesos con transparencia y no con caprichos, a lo Putin.