Soy asiduo de visitar establecimientos de comida por lo que interactúo con frecuencia con meseros. Reconozco, como la inmensa mayoría de los puertorriqueños, su labor brindando propina de no menos de 15%. De hecho, cuando hubo mayor crisis por la ausencia de empleados en los restaurantes, como reconocimiento al compromiso de los meseros que asistían a trabajar, brindaba entre 18% y 20%. Y aún lo hago cuando van más allá en el servicio.
Nadie pone en duda que la situación económica en la isla es fuerte para todos, pero siempre se hará sentir con mayor impacto en los que ganan menos. Ahora bien, cuando uno visita un restaurante, aparte de la comida, se mezcla la propina y el IVU, alcanzando casi un 30% adicional. Todo lo pagará el cliente, incluyendo el que menos gana. Casi todos los impactos de aumentos en el costo operacional de cualquier negocio se transferirá al ciudadano. Digo “casi todo” porque muchos establecimientos absorben del margen de ganancias algunos aumentos para así poder mantener un nivel competitivo de precios y evitar un impacto negativo en la frecuencia de visitas. Pero todo tiene límites y explico más adelante.
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Ante la nueva controversia sobre un posible aumento del subsalario de los meseros, la pregunta obligada, ante lo discutido, es si el problema es que ganan $2.13 la hora (que no es la compensación completa y final) o si hay un problema de fiscalización o dejadez.
En la industria de los restaurantes con salones, donde el comensal, aparte de la comida, también recibe un servicio constante mientras esté en establecimiento, me atrevo a asegurar que casi todos los clientes pagan el 15% de propina. Sí, hay clientes que quizás no paguen o que paguen menos. Las razones pueden ir desde que el cliente es un tacaño o que recibió un pésimo servicio, que también ocurre.
El pasado lunes, un joven identificado como Randy Negrón acudió al programa Jugando Pelota Dura para explicar que el reclamo de un aumento de salario es porque no se incluyeron a los meseros en el aumento de salario mínimo de $8.50 la hora y que los dejan en una combinación de un salario mínimo de $2.13 más propina. Obvió el punto de que si un empleado no hace suficiente propina como para generar por lo menos $8.50 la hora, el patrono está obligado a poner la diferencia y llegar a ese número.
El presidente de ASORE, Mateo Cidre, indicó en el mismo espacio que un estudio realizado por su organización establece que “Por W2 (informe de ingresos de un empleado) la media da $18.00 por hora, fluctuando entre $13.00 y $25.00 la hora”, refiriéndose a lo que puede ganar un mesero con las propinas.
Para justificar el aumento de salario, luego de que Cidre revelara esa información, Negrón mezcló hasta el Covid y el hostigamiento sexual como parámetros correlacionados para el aumento: “Nuestro análisis es que ya 7 estados han eliminado el subsalario y han aumentado las ventas, han aumentado las propinas, ha reducido el hostigamiento sexual y se ha reducido la exposición al coronavirus”.
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No sé como un aumento de salario reduce la exposición al Covid porque el mesero tiene que seguir exponiéndose a los clientes. Tampoco sé como un hostigador sexual se siente desalentado a cometer ese delito por el hecho de que una persona se le sube el salario. Esos son otros asuntos.
Citando un estudio del 2012 (estamos en el 2022) Negrón dijo que el 85% de los patronos no cumplieron en aquel entonces (hace 10 años) con compensar al empleado cuando con las propinas no alcanzaban el salario mínimo.
En el mismo espacio el ex secretario del Departamento del Trabajo, Carlos Rivera, expresó que el patrono que incumpla puede ser denunciado en la agencia a nivel estatal y federal.
Negrón dijo que los empleados no denuncian porque temen represalias, pero Rivera también aclaró que el patrono que tome represalias puede ser acusado y procesado. En otras palabras, garras hay para procesar patronos irresponsables.
Por su parte, Gabriel Maldonado, designado Secretario del Trabajo reveló que en los últimos tres años no ha habido reclamos de meseros por paga irregular.
La solución de Negrón es que se aumente a $8.50 la hora a los meseros y se mantengan las propinas como están. “Que el patrono lo asuma (el impacto) de su ganancia”, expresó. En la isla, como en otras jurisdicciones, ha aumentado la luz, el agua, la gasolina y el diesel, el transporte, los costos de los alimentos para preparar los platos, la nómina, los seguros, se paga el Fondo del Seguro del Estado, etc.. Es complicado que un comerciante absorba el 100% de los aumentos. Probablemente si Negrón montara un restaurante, no absorbería todos los aumentos de sus ganancias, las que con que tanto sacrificio y riesgo le costaría levantar. Las pasaría a los clientes. Es muy fácil y poético decir “que lo absorba el comerciante” desde el otro lado de la verja. No existe algo como que todo comerciante es millonario y puede absorber todo, pero un sector adoctrinado entiende que así es.
Si un mesero va a ganar $8.50 la hora y lo que busca Negrón es una uniformidad, pues entonces se uniforma el salario en por lo menos $8.50 y el 100% de las propinas se divide entre el 100% de los empleados del restaurant porque al final, si el cocinero no cocina, o el lavaplatos no hace su trabajo, el mesero no puede servir nada. ¿Eso es lo que busca este joven? ¿Quién quita que el dueño de un restaurante elimine el subsalario, diga que va a pagarle a todos los meseros, no $8.50, si no $10.00 la hora, eliminando las propinas y estableciendo un “service charge” de 10% o 15% para manejarlo como él entienda? Eso puede ocurrir. Creo que Negrón podría estar jugando con el sustento de los que generan mucho más de $8.50 la hora con propinas.
Los meseros tienen mi respeto, más los que aún en la pandemia mostraron su compromiso con Puerto Rico yendo a trabajar. En mi caso seguiré agradeciendo con las propinas. La invitación en este escrito es a los que se autoproclaman portavoces de los meseros a que no hablen con medias verdades. Hablen con total honestidad, no con la mitad.