Estar atentos del estado emocional y psicológico de nuestros niños y adolescentes es parte del cuidado básico que hay que proveerles para conservar su salud integral. Estos cuidados dependerán directamente de la etapa del desarrollo que el menor se encuentre. Pero para cuidar la salud emocional, hay que dejar de perpetuar el estigma alrededor de la salud mental. Cualquiera puede necesitar o buscar ayuda psicológica. Y buscar ayuda puede ser la diferencia entre la vida y la muerte de un ser amado.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Psicología Escolar (conocida por sus siglas en inglés como NASP) el suicidio es la segunda causa principal de muertes de jóvenes en edad escolar. Lo más importante al tratar el tema, es entender que el suicidio puede prevenirse. Para ello tanto los padres, como los maestros y amigos deben estar atentos a las diversas señales que los jóvenes presentan:
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- Amenazas suicidas
- Notas, dibujos, búsquedas de internet o escritos asociados al tema de la muerte
- Cambios en su comportamiento habitual, en su apariencia, pensamientos y/o sentimientos
Es muy probable que un adolescente que esté atravesando una situación que lo lleve a pensar en la muerte no solicite ayuda por sí mismo/a. Sin embargo, las personas en su entorno deben prestar atención a las señales de riesgo y tomar las medidas pertinentes para mantener al joven a salvo. Así se puede prevenir una tragedia.
Es importante que nunca subestimemos ninguna de estas señales en nuestros jóvenes y busquemos ayuda lo antes posible.
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Si ve que un joven muestra señales de que puede estar considerando el suicidio, conserve la calma y pregúntele de manera directa. Es importante que el joven entienda que usted se está preocupando por su bienestar. Evite asumir una actitud acusatoria, asegúrele que existe ayuda y que no se sentirá como se está sintiendo para siempre.
Una vez existe una amenaza de quitarse la vida debemos proporcionar supervisión constante. Se deben eliminar los medios con los que el joven podría causarse daño. De acuerdo con NASP, nunca se deben mantener los pensamientos suicidas de un joven en secreto. Quien note o se entere de que hay alguien con ideas suicidas debe informar a un adulto cuidador adecuado, como un padre, un maestro o al psicólogo escolar. Los padres pueden buscar ayuda en los recursos de salud mental de la comunidad o la escuela lo antes posible.
Si nota algo, si algo le preocupa, pregunte, hable, busque ayuda. Puede estar salvando una vida.