Colombia utilizará drones para reanudar la fumigación de cultivos de coca con un herbicida, mientras las autoridades lidian con niveles récord de producción de cocaína que han generado tensiones con el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump.
El país sudamericano prohibió la fumigación aérea de cultivos de coca en 2015, después de que la Organización Mundial de la Salud incluyera al glifosato —el herbicida utilizado por los aviones de fumigación— en una lista de carcinógenos.
El ministro de Justicia, Andrés Idárraga, manifestó en una conferencia de prensa que la nueva acción que involucra drones de alta tecnología fue aprobada por el gobierno y comenzaría el jueves.
Indicó que los drones serían enviados a áreas donde bandas y grupos rebeldes están obligando a los campesinos a cultivar coca, la principal fuente de la cocaína. El funcionario señaló que, de esa manera, las fuerzas de seguridad colombianas estarán más seguras.
Desde hace tiempo, ambientalistas habían advertido que los pequeños aviones que fumigaban campos de coca —a menudo pilotados por contratistas de Estados Unidos— también estaban vertiendo sus sustancias químicas en cultivos legales y en arroyos, contaminando ecosistemas vulnerables y exponiendo a los aldeanos a agua contaminada.
Tras suspender la fumigación aérea, Colombia intensificó las campañas de erradicación manual, llevadas a cabo por soldados. Pero el cultivo de coca se expandió sin la fumigación aérea, ya que se volvió más difícil para el ejército erradicar estos cultivos en áreas remotas, donde las plantaciones son defendidas por bandas de narcotraficantes y grupos rebeldes, y a veces están rodeadas de minas terrestres.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estima que, en 2024, hasta 261.000 hectáreas (unos 645.000 acres) en Colombia fueron sembradas con coca, casi el doble de lo que se plantó en 2016.
Según Idárraga, los drones volarán a no más de 1,5 metros (5 pies) de altura de sus objetivos para asegurar que las fuentes de agua y los cultivos legales no sean fumigados. Un solo dron podrá erradicar aproximadamente una hectárea de cultivos de coca cada 30 minutos.
El funcionario consideró que esta es una manera controlada y eficiente de realizarlo, y mitiga los riesgos ambientales.
La idea de usar drones para erradicar campos de coca fue planteada por primera vez en 2018 por el gobierno derechista del presidente Iván Duque. Pero los planes se retrasaron debido a la falta de consenso en las agencias gubernamentales y en el Congreso de Colombia.
El gobierno actual, encabezado por el presidente de izquierda Gustavo Petro, desestimó en un principio la fumigación aérea y otras campañas de erradicación forzada, diciendo que no quería atacar a los campesinos empobrecidos que cultivan coca para narcotraficantes, ya que carecían de alternativas legales para sustentarse.
Sin embargo, su gobierno se volvió más enérgico este año en el tema de los cultivos de coca, en un momento en que intenta vencer a los grupos rebeldes financiados por el comercio ilegal de drogas, los cuales se han negado a firmar acuerdos de paz con el gobierno y recientemente han intensificado sus ataques en ciudades colombianas.
Estados Unidos contra Petro
Desde hace tiempo Estados Unidos ha criticado la decisión de Bogotá de detener las fumigaciones aéreas. El gobierno de Trump, que ha acusado al gobierno de Petro de no hacer lo suficiente para detener la producción de cocaína, añadió a Colombia en septiembre a una lista de naciones que no cooperan en la guerra contra las drogas por primera vez en casi 30 años, lo que puso el riesgo el flujo de millones de dólares en cooperación militar y económica provenientes de Washington.
En octubre, el gobierno estadounidense también impuso sanciones a Petro, acusándolo de permitir que “los cárteles de la droga florezcan” en el país. Más recientemente, Washington amenazó con autorizar ataques terrestres contra narcotraficantes en territorio colombiano.
Petro ha negado vehementemente las acusaciones de Estados Unidos de que no hace lo suficiente para combatir a los narcotraficantes, y dice que las fuerzas de seguridad colombianas están interceptando cantidades récord de envíos de cocaína, incluso si la nación también está produciendo cantidades récord de la droga.

