Según un nuevo análisis del Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ), cuatro de cada diez jefes y jefas de familia con hijos menores y con ingresos anuales de hasta $35,000 trabajan en horarios no tradicionales en Puerto Rico. Estos horarios incluyen turnos variables, rotativos, nocturnos y turnos cortados, según la Encuesta Socioeconómica de las Familias con Menores en Puerto Rico 2024 (ESeFaM-PR 2024).
El IDJ presentó el estudio “¿A qué hora entro mañana? Los horarios variables y la encrucijada de las madres trabajadoras" que examina cómo la combinación de horarios laborales difíciles de anticipar y la limitada disponibilidad de cuido infantil incide en la capacidad de madres, padres y encargados de insertarse y mantenerse en el empleo.
“Este análisis demuestra que la imprevisibilidad de los horarios laborales y la falta de cuido en horarios no tradicionales no son problemas individuales, sino barreras estructurales que afectan directamente la capacidad de muchas madres jefas de familia para sostener un empleo”, señaló Sarah Vázquez-Pérez, directora ejecutiva del IDJ. “Superarlas exige coordinación intersectorial, políticas públicas que se implementen con intención y decisiones que respondan a cómo realmente viven y trabajan las familias”.
Los datos reflejan que entre 66% y 67% de las familias con menores identifican los horarios variables e inconvenientes como un obstáculo principal para trabajar. Esta barrera aparece junto a la falta de acceso a servicios de cuido compatibles con los horarios laborales disponibles.
En cuanto al tipo de jornada, el 22% de las personas empleadas trabaja en horarios variables o turnos cortados, el 14% en turnos rotativos regulares y el 3% en turnos nocturnos fijos. En total, el 40% de los jefes y jefas de familia empleados se encuentra fuera del horario tradicional de 7:00 a.m. a 6:00 p.m.
La anticipación con la que se informa el horario resulta limitada. El 34% de las personas empleadas recibe su horario uno o dos días antes y el 14% entre tres y cinco días antes. Solo el 14% conoce su horario con dos semanas de anticipación. Esta práctica afecta la coordinación del cuido infantil, el transporte y otras responsabilidades familiares.
La mayoría de las personas empleadas no participa en la determinación de sus horarios. El 73% de quienes trabajan en horarios tradicionales y el 54% de quienes trabajan en horarios no tradicionales indicaron que el horario es determinado exclusivamente por la empresa.
El estudio también documenta que los horarios no tradicionales son más frecuentes entre personas empleadas a tiempo parcial, jóvenes y quienes no han completado un grado universitario. Entre quienes trabajan estos horarios, la mitad tiene hijos de entre 0 y 5 años, en un contexto donde la mayoría de los centros de cuido opera en horarios diurnos.
Las entrevistas realizadas a jefas de familia muestran interrupciones recurrentes en el empleo asociadas a la falta de cuido compatible con los turnos asignados. El análisis incluye relatos que describen situaciones en las que algunas madres llevaron a sus hijos al lugar de trabajo para no perder su turno.
La satisfacción laboral también varía según el tipo de horario. Solo el 26% de las personas con horarios no tradicionales indicó estar muy satisfecha con su empleo, frente al 41% de quienes trabajan horarios tradicionales. Una de cada cinco personas con horarios no tradicionales se reportó poco o nada satisfecha.
El análisis también subraya la relevancia de fortalecer la implementación de políticas públicas vigentes. En particular, destaca la Ley de Política Pública de Puerto Rico para Combatir la Pobreza Infantil y la Desigualdad Social (Ley 84-2021), que incluye disposiciones relacionadas con el acceso al cuido, la ampliación de horarios y la coordinación interagencial.
La directora de Investigación y Conocimiento del IDJ, María Enchautegui, indicó que la activación plena de los mecanismos establecidos por esta ley, incluida la Comisión que crea, podría contribuir a mejorar la estabilidad laboral de las familias y la calidad del empleo.
El estudio identifica además un conjunto de acciones que pueden ser adoptadas por patronos, industrias y el sector público, así como iniciativas sectoriales y programas piloto en áreas donde la variabilidad de horarios es frecuente.

