El Gobierno de Venezuela denunció este miércoles la incautación de un petrolero frente a sus costas por parte de Estados Unidos, calificándola de “robo descarado y acto de piratería internacional”. Caracas atribuye la acción a la supuesta intención de la Administración de Donald Trump de apoderarse de las “riquezas naturales” del país.
“La República Bolivariana de Venezuela denuncia y repudia enérgicamente lo que constituye un robo descarado y un acto de piratería internacional, anunciado públicamente por el presidente de EE. UU., quien confesó el asalto de un buque petrolero en el mar Caribe”, afirmó el Gobierno en un comunicado difundido por el ministro de Exteriores, Yván Gil.
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Venezuela denunció que la “política de agresión” de la Casa Blanca responde a un plan deliberado de despojo de sus riquezas energéticas, que se suma al robo de Citgo mediante “mecanismos judiciales fraudulentos”, en alusión a la aprobación reciente en EE. UU. de la venta de acciones de la matriz de la petrolera estatal venezolana.
Caracas sostuvo que la agresión no tiene relación con migración, narcotráfico, democracia ni derechos humanos, sino exclusivamente con “nuestras riquezas naturales, nuestro petróleo, nuestra energía y los recursos que pertenecen al pueblo venezolano”.
El Gobierno venezolano también afirmó que “este acto de piratería busca distraer la atención” de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a la opositora María Corina Machado, que no pudo recibir el galardón en persona y lo recogió su hija Ana Corina Sosa.
El Ejecutivo de Nicolás Maduro instó a la comunidad internacional a “rechazar esta agresión vandálica, ilegal y sin precedentes” y anunció que acudirá a todas las instancias internacionales para defender su soberanía, recursos naturales y dignidad nacional.
La acción de EE. UU. fue defendida por la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, quien explicó que el petrolero estaba sancionado desde hace varios años y se utilizaba para transportar petróleo venezolano hacia Irán, justificando así la operación en la que intervinieron el FBI, Seguridad Nacional y la Guardia Costera, con apoyo del Pentágono.
La confirmación de la incautación se produjo un día después de que Donald Trump advirtiera a su homólogo venezolano que tiene “los días contados” y reiterara que los ataques contra supuestos narcotraficantes en aguas de la región —22 operaciones con al menos 86 víctimas mortales— se extenderán “pronto” también por tierra.

