Líderes políticos de ambos partidos se reunieron este jueves en la Catedral Nacional de Washington para el funeral del exvicepresidente Dick Cheney, despidiendo a una figura clave del republicanismo previo al movimiento MAGA.
El acto, al que asistieron dos expresidentes y todos los exvicepresidentes vivos, se destacó por su carácter bipartidista y la notable ausencia de dos de los líderes actuales del país.
Ni el presidente Donald Trump ni el vicepresidente JD Vance asistieron al servicio ni recibieron invitación, según una fuente cercana al proceso. Vance se limitó a señalar que Cheney fue “un hombre que sirvió a su país” y deseó “lo mejor a su familia en este momento de duelo”, mientras Trump no ha expresado públicamente sus condolencias.
Cheney recibió honores militares completos en la ceremonia, a la que asistieron los expresidentes Joe Biden y George W. Bush, así como las ex primeras damas Jill Biden y Laura Bush. También estuvieron presentes los exvicepresidentes Kamala Harris, Mike Pence, Al Gore y Dan Quayle.
George W. Bush recordó a Cheney como un servidor público ejemplar, confiable y capaz de “elevar los estándares” de quienes lo rodeaban. “Sus habilidades eran evidentes, sin necesidad de cálculo o autopromoción. Su talento y moderación superaban a su ego”, dijo Bush, recordando que Cheney inicialmente había sido llamado para ayudar a elegir un compañero de fórmula en las elecciones de 2000, y que él mismo terminó siendo el candidato ideal.
La ceremonia también contó con la presencia de varios jueces del Tribunal Supremo, incluidos el presidente John Roberts y los jueces Brett Kavanaugh y Elena Kagan, así como numerosos miembros actuales y pasados del Gabinete de administraciones republicanas y demócratas.
Entre los congresistas presentes se destacaron la Speaker Emeritus Nancy Pelosi, el líder de la mayoría en el Senado John Thune y el exlíder Mitch McConnell, reflejando la amplitud bipartidista del homenaje.