El Centro para una Nueva Economía (CNE) lanzó “Complejidad Económica: Cómo los datos pueden guiar la revitalización económica de Puerto Rico”, una herramienta diseñada para identificar las capacidades productivas latentes de la isla y orientar su desarrollo hacia un crecimiento sostenible.
A casi diez años de la creación de la Junta de Supervisión y Administración Financiera (JSAF), Puerto Rico ha logrado estabilizar sus finanzas, pero su crecimiento económico sigue siendo limitado, destacó la organización.
Con la nueva herramienta, el CNE busca cambiar el enfoque de la gestión de crisis al diseño estratégico, proporcionando datos que faciliten la formulación de políticas industriales y decisiones de inversión más efectivas.
Durante una sesión de trabajo con líderes del sector privado en la sede de la Asociación de Industriales de Puerto Rico, el CNE presentó la herramienta y recopiló insumos sobre su integración en la planificación empresarial y el diseño de políticas públicas. Los participantes coincidieron en que el futuro económico de la isla depende de maximizar sus capacidades actuales y expandirse hacia industrias emergentes de alto valor agregado, dijo en CNE.
“La Complejidad Económica nos ayuda a entender qué sabe producir Puerto Rico y qué podría aprender a producir fácilmente”, explicó Rosanna Torres, presidenta del CNE. “Se trata de transformar los datos en dirección estratégica, para que los sectores público y privado trabajen de forma coordinada hacia un modelo de crecimiento inteligente y basado en evidencia”.
Por su parte, Rafael Vélez Domínguez, presidente de la Asociación de Industriales de Puerto Rico, afirmó que “Esta herramienta representa una hoja de ruta para que la industria puertorriqueña no solo se adapte, sino que lidere con innovación y valor agregado. Hoy más que nunca damos pasos firmes para convertir nuestras fortalezas en oportunidades reales y colaborar para posicionar a Puerto Rico como un centro industrial competitivo en la región”.
El marco, desarrollado por investigadores de Harvard y MIT y presentado por Enrique Figueroa, investigador asociado del CNE, evalúa no solo la cantidad de bienes y servicios que produce una economía y exporta, sino también el grado de sofisticación de dicha producción.
El análisis muestra que, aunque la economía puertorriqueña está concentrada actualmente en el sector farmacéutico, posee un potencial significativo para diversificarse hacia múltiples sectores avanzados de manufactura.
Entre las recomendaciones del CNE se destacan: medir y publicar periódicamente métricas de complejidad, capacitar a agencias gubernamentales en el uso de datos, fomentar la participación del sector privado en la identificación de oportunidades de crecimiento y alinear los incentivos de inversión con el desarrollo de industrias sofisticadas.
“Puerto Rico cuenta con el capital de conocimiento necesario para competir a nivel global. Lo que nos falta es la coordinación multisectorial”, concluyó Torres.

