Las principales aerolíneas de Estados Unidos comenzaron a cancelar vuelos este viernes ante el cierre gubernamental, lo que ha provocado la suspensión de alrededor de 700 operaciones, según datos de Cirium citados por Bloomberg.
De los 25,375 vuelos programados para la jornada, se ha cancelado cerca del 3%, afectando sobre todo a rutas dentro de Colorado y Texas. Las compañías más impactadas son United Airlines y American Airlines, seguidas por Delta y Southwest.
El pasado miércoles, el Departamento de Transporte de EE. UU. y la Administración Federal de Aviación (FAA) anunciaron una reducción temporal del 10% de vuelos en 40 aeropuertos de alto tráfico, incluidos JFK y LaGuardia (Nueva York), Ronald Reagan (Washington), Miami, Atlanta Hartsfield-Jackson, Los Ángeles, O’Hare (Chicago), Dallas-Fort Worth, Denver y San Francisco.
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El calendario de restricciones establece una reducción progresiva:
- 4% de vuelos menos desde este 7 de noviembre,
- 6% a partir del 11 de noviembre,
- 8% el 13 de noviembre,
- y 10% el 14 de noviembre.
Además, la FAA limitará operaciones bajo reglas de vuelo visual, reducirá lanzamientos espaciales comerciales a horas de baja actividad y prohibirá saltos en paracaídas cerca de instalaciones con escasez de personal.
El administrador de la FAA, Bryan Bedford, explicó que “observamos señales de tensión en el sistema, por lo que estamos reduciendo de forma proactiva el número de vuelos para garantizar que los estadounidenses sigan volando con seguridad”.
La FAA ha denunciado que cerca de 13,000 controladores aéreos llevan semanas trabajando sin cobrar, y que “la mitad de las 30 principales instalaciones sufren escasez de personal, mientras que casi el 80% de los controladores están ausentes en las instalaciones del área de Nueva York”.

