El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este martes al Departamento de Guerra —denominación con la que su Administración identifica al Pentágono— iniciar pruebas con armas nucleares, en respuesta a los recientes ensayos armamentísticos de Rusia.
“Debido a los programas de pruebas de otros países, he dado instrucciones para que comencemos a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones”, afirmó en Truth Social, donde añadió que “el proceso comenzará de inmediato”.
Trump aseguró además que su país “tiene más armas nucleares que cualquier otro”, gracias a la “renovación completa” del arsenal durante su primer mandato.
A bordo del Air Force One, el mandatario insistió en que le gustaría ver “una desnuclearización”, aunque justificó su decisión señalando que “con otros haciendo pruebas, considero apropiado que las hagamos también”. No ofreció detalles sobre el lugar o la fecha de los ensayos, limitándose a decir: “Será anunciado. Tenemos lugares”.
Un informe del Servicio de Investigación del Congreso de agosto señala que EE. UU. podría realizar pruebas nucleares en un periodo de entre 24 y 36 meses tras recibir la orden presidencial. Ni Estados Unidos, ni Rusia ni China han llevado a cabo ensayos de este tipo desde 1996, cuando lo hizo Pekín.
Las declaraciones de Trump se producen después de que Vladimir Putin anunciara con éxito el lanzamiento del dron submarino nuclear “Poseidón” y del misil de crucero “Burevestnik”, ambos con capacidad nuclear.
Trump criticó esos ensayos y afirmó que Rusia “debería centrarse en poner fin a la guerra en Ucrania, una guerra que debió durar una semana y ahora se acerca a su cuarto año”.
En respuesta, el Kremlin advirtió este jueves que “actuará en consecuencia” si Estados Unidos lleva a cabo pruebas nucleares. El portavoz presidencial Dimitri Peskov recordó que Putin “ha sido claro en reiteradas ocasiones: si alguien abandona la moratoria, Rusia responderá”.
Aclaró, además, que Moscú “no ha realizado pruebas nucleares”, y sostuvo que el reciente lanzamiento del “Burevestnik” “no es una prueba nuclear en absoluto”.
Por su parte, el Gobierno de China instó a Washington a “cumplir plenamente sus obligaciones” bajo el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT).
El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, afirmó que Pekín “espera que Estados Unidos adopte acciones concretas para mantener el equilibrio estratégico y la estabilidad global”. Reiteró que la posición de China sobre el desarme nuclear “ha sido consistente y clara”, y recordó que Pekín ha rechazado unirse a las conversaciones de desnuclearización propuestas por Washington.

