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Secretario de Salud desmiente hallazgos de Inspector General sobre compra de armas con fondos COVID

También aclaró los hallazgos de otro informe sobre una devolución de fondos del Programa Medicaid.

Víctor Ramos Otero también aclaró asuntos relacionados a informes de la Oficina del Inspector General.
Secretario de Salud participa en cuarta edición de Simposio de Trauma Víctor Ramos Otero también aclaró asuntos relacionados a informes de la Oficina del Inspector General.

El secretario del Departamento de Salud (DS), Víctor Ramos Otero, desmintió que la Oficina de Investigaciones adquiriera armas, rifles y chalecos antibalas, entre otros artículos, con fondos destinados para COVID-19, según señaló un informe de la Oficina del Inspector General (OIG).

Si bien admitió que la orden se hizo y que entendía que la “ley lo proveía”, el pedido, que según el informe QI-26-010 de la OIG alcanzaba $298,204, había sido cancelado. “Las adquisiciones que sí se realizaron para la protección del personal respondieron a gastos debidamente autorizados, conforme a la legislación y reglamentación federal vigente”, expresó por escrito.

Ramos Otero aclaró que los inspectores de la División de Sustancias Controladas, dentro de la Oficina de Investigaciones, son agentes de ley y orden, por lo que calificó como “falta de respeto” que la OIG redujera sus funciones a asuntos administrativos.

“Entendemos que los señalamientos no se sostienen con la evidencia disponible, ya que no se compraron armas, ni largas ni cortas, con fondos de COVID-19. Aunque yo no era el secretario de Salud en aquel entonces, no es justo que se afirme algo que no es cierto y que afecta la integridad del Departamento de Salud”, puntualizó el titular de Salud.


En cuanto al informe E-26-001, relacionado con el Programa de Medicaid, el secretario de Salud aclaró que los señalamientos se refieren a la tardanza en la presentación de ciertos documentos fiscales, pero no existe evidencia alguna de que el Departamento haya dejado de recibir $2,000 millones en reembolsos.

“Una cantidad de esa magnitud habría sido detectada de inmediato por el Departamento de Hacienda, la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP), la Junta de Supervisión Fiscal, así como por los auditores del Departamento de Salud y los del propio Gobierno de Puerto Rico, dado el impacto que tendría sobre la caja y los estados financieros del Gobierno. Por eso hemos solicitado que se provea un desglose detallado de la alegada cifra de $2,000 millones, pues se trata de una aseveración seria que, de no estar fundamentada, puede afectar la credibilidad pública e incluso la interpretación de los estados financieros del país”, sostuvo el Dr. Ramos Otero.

Asimismo, subrayó que todos los señalamientos incluidos en dicho informe fueron contestados formalmente, y que las acciones correctivas se implementaron antes de que iniciara la auditoría de la OIG.

El titular del DS también destacó una diferencia importante en los procesos de auditoría: “A diferencia de la práctica del Contralor, que permite a las agencias responder a los hallazgos preliminares antes de la publicación del informe final, la Oficina de la Inspectora General publica sus informes sin brindar esa oportunidad de respuesta previa. Incluso, el Contralor ofrece la opción de incluir la reacción de la agencia en el informe final cuando un señalamiento no prevalece”, explicó.

Por ello, el titular de Salud recomendó: “Con todo respeto, sería muy positivo que la Oficina de la Inspectora General adopte la práctica del Contralor, de manera que las agencias tengan el derecho y la oportunidad de responder oportunamente a los señalamientos antes de la publicación de los informes finales.

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