El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este lunes que el consumo de Tylenol (acetaminofén) durante el embarazo podría estar relacionado con el autismo, pese a que no existe evidencia científica que respalde esa afirmación, lo que ha provocado un inmediato rechazo por parte de especialistas en obstetricia, pediatría y salud pública.
Desde la Casa Blanca, Trump advirtió que su Administración prepara nuevas recomendaciones para que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) emita advertencias sobre el uso del acetaminofén en mujeres embarazadas.
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Llegó incluso a recomendar que se evite este fármaco “durante todo el embarazo”, una declaración que expertos calificaron de infundada y potencialmente peligrosa.
En paralelo, el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., defendió la necesidad de investigar todas las posibles causas ambientales del autismo, incluyendo el consumo de medicamentos de uso común durante la gestación.
La comunidad médica reaccionó de inmediato. La Society for Maternal-Fetal Medicine subrayó que el acetaminofén sigue siendo el medicamento más recomendado para tratar fiebre y dolor en el embarazo, siempre que se administre bajo supervisión médica. La entidad recordó que no existe prueba causal que vincule el paracetamol con el autismo y alertó de que evitar tratar la fiebre alta en embarazadas puede acarrear riesgos graves tanto para la madre como para el feto, como parto prematuro o daño neurológico.
Investigaciones recientes han reforzado esta postura. Un amplio estudio realizado en Suecia con más de 2.4 millones de niños concluyó que no existe asociación significativa entre el uso prenatal de acetaminofén y el diagnóstico posterior de autismo o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Aunque algunos análisis observacionales previos habían apuntado a una posible relación, los propios autores advirtieron de limitaciones metodológicas, como la dificultad de aislar otras variables —infecciones, fiebre u otros medicamentos— que también pueden influir en el neurodesarrollo fetal.
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La farmacéutica Kenvue, propietaria de la marca Tylenol tras la escisión de Johnson & Johnson, rechazó de plano las afirmaciones de Trump. En un comunicado recordó que no hay evidencia científica concluyente que apoye un vínculo causal entre el uso de Tylenol en el embarazo y el autismo, y defendió la seguridad del producto cuando se utiliza de acuerdo con las indicaciones médicas.
Las palabras del presidente reactivan además la preocupación de expertos en comunicación en salud sobre el impacto de declaraciones políticas sin respaldo científico. Subrayan que mensajes de este tipo, amplificados desde la Casa Blanca, pueden generar alarma entre mujeres embarazadas y llevarlas a rechazar medicamentos necesarios, lo que a su vez eleva el riesgo de complicaciones.
Para los especialistas, cualquier cambio en las guías médicas debe basarse en revisiones exhaustivas de la evidencia y en consensos de la comunidad científica, no en afirmaciones carentes de sustento.