Comprar una vivienda en Puerto Rico se ha convertido en misión compleja para miles de familias jóvenes y de clase trabajadora. La escasez de inventario, el alza en los costos de construcción y la competencia de compradores que pagan en efectivo complican el sueño de casa propia para muchos, a pesar de las iniciativas gubernamentales para fomentar nuevas construcciones y rehabilitar propiedades.
Irma Colón, presidenta de la Asociación de Realtors en Puerto Rico, explicó que el mercado actual favorece a los vendedores debido a la alta demanda y la baja disponibilidad de propiedades. “El mercado, ahora mismo, favorece mayormente a los vendedores que a los compradores porque tenemos una escasez de inventario y muchos compradores”, sostuvo. Esta situación ha provocado que un sector opte por utilizar ahorros para ofrecer pagos en efectivo, lo que les da ventaja frente a quienes dependen de financiamiento.
PUBLICIDAD
Colón aclaró que, cuando se habla de “cash”, no significa entregar dinero en físico, sino fondos previamente depositados en cuentas bancarias, registrados legalmente y disponibles al momento del cierre. También, recomendó adquirir pólizas de título para protegerse en caso de problemas contributivos o sucesorios.
Entre las razones que impulsan las ventas en efectivo, mencionó propiedades con limitaciones estructurales o legales, como distribución inadecuada, daños, pozos sépticos sin conexión a sistemas públicos y necesidad de reparaciones significativas. Reconoció que existen programas de financiamiento como los préstamos FHA 203K, que cubren remodelaciones, pero hay compradores que los evitan ante la urgencia de mudanza inmediata.
Respecto a quiénes adquieren propiedades en efectivo, Colón señaló que predominan personas mayores de 50 años con planes de retiro o que regresan a Puerto Rico tras vender propiedades en Estados Unidos, capital que utilizan para nuevas compras locales. Sin embargo, aclaró que estas transacciones no determinan el comportamiento general del mercado: “A veces, la gente tiene la perspectiva incorrecta de que, porque se vendió una propiedad en efectivo a un precio determinado, todas las demás se van a vender igual. Son dos transacciones diferentes”.
Lo que cuesta construir
José Torrens, presidente de la Asociación de Contratistas de Puerto Rico, explicó que el costo promedio de construir vivienda nueva rondaba los $80 por pie cuadrado, aunque variaba según la ubicación y las características de cada proyecto. Añadió que las obras financiadas con fondos federales, como el programa de Subvenciones en Bloque para Desarrollo Comunitario (CDBG), incorporaban requisitos adicionales que encarecían la construcción, entre ellos la instalación de sistemas solares y baterías.
Torrens detalló que los principales retos para la vivienda asequible eran el alza en los precios de materiales, la inflación, los aranceles de importación y la mano de obra. No obstante, destacó que la industria mantuvo su capacidad de empleo.
PUBLICIDAD
“Antes de huracán María, estábamos alrededor de 19 mil empleos en la construcción, y actualmente estamos en alrededor de 40 mil empleados en la construcción. La industria consigue la mano de obra necesaria”.
Para atender esta situación, la Asociación de Contratistas desarrolló un programa de adiestramiento con certificación federal para obreros y aprendices.
“Es un win-win situation para patronos y aprendices. Los patronos obtienen reembolsos y los empleados reciben aumentos de salario a medida que avanzan en el programa”, expresó Torrens.
El dirigente también precisó que la vivienda más económica en el mercado no bajaba de los $100,000, debido a los costos asociados a la infraestructura, los servicios básicos y el cumplimiento regulatorio, lo que limitaba las opciones para jóvenes y familias con ingresos más bajos.
Iniciativas públicas
Colón y Torrens coincidieron en que las iniciativas gubernamentales para promover la construcción y rehabilitación de propiedades representaban avances, aunque insuficientes para cubrir la demanda. Colón enfatizó la importancia de incentivar tanto la construcción nueva como el aprovechamiento del inventario existente, mientras que Torrens destacó la necesidad de actualizar presupuestos y considerar la volatilidad de los materiales.
Ambos sostuvieron que el problema no se resolvería únicamente con incentivos a compradores jóvenes o programas de financiamiento, sino con una combinación de políticas públicas que impulsen la construcción, la rehabilitación de propiedades y la eficiencia en los proyectos de vivienda.
La secretaria de Vivienda, Ciary Peña, no estuvo disponible para entrevista con este medio.
Panorama legislativo
La presidenta de la Comisión de Vivienda del Senado, Jamie Barlucea, informó que se evaluaban medidas para atender la falta de acceso a vivienda, entre ellas, el Proyecto del Senado 483.
“En las vistas públicas, todas las agencias se expresaron a favor de cualquier iniciativa que encamine al gobierno al desarrollo de viviendas asequibles”, expresó.
Además, mencionó proyectos contra el discrimen hacia beneficiarios de vales federales de alquiler, una investigación sobre ventas en efectivo y legislación para manejar estorbos públicos.
Por su parte, la senadora del Partido Popular Democrático (PPD) Ada Álvarez Conde, autora del Proyecto del Senado 483, planteó que la medida busca transformar activos públicos en desuso en alternativas habitacionales.
“Antes, no había un sistema claro. Muchas propiedades estaban abandonadas o sin uso definido, y esto genera que no se atienda la necesidad de las personas que esperan su primer apartamento o casa”, afirmó.
Reconoció que la iniciativa no resolvería de inmediato la crisis, pero destacó que cada unidad habilitada representaba un alivio para las más de 20,000 personas en listas de espera.