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“Fue como una pesadilla”: Aracelys Terrero regresa a Puerto Rico tras 30 días detenida en Estados Unidos

La mujer dominicana, que vivió más de dos décadas en la isla, relató su experiencia y aseguró que retomará su negocio para seguir aportando a su comunidad.

Aracelys Terrero
Aracelys Terrero (Facebook)

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Visiblemente emocionada y con palabras de agradecimiento, Aracelys Terrero Mota pisó este martes el suelo puertorriqueño, su hogar por los últimos 21 años, tras pasar 30 días detenida en varios centros de inmigración en Estados Unidos.

“Mi alma lloraba y me dolía hasta el corazón… Fue como una pesadilla horrible”, relató Terrero en entrevista con Telenoticias, Telemundo Puerto Rico, tras ser recibida por amigos y personas solidarias que financiaron su pasaje de regreso. Aunque un juez había ordenado su liberación bajo fianza la semana pasada, fue dejada en la puerta del aeropuerto sin recursos ni boleto para volver a la isla.

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Aracelys fue arrestada el 29 de mayo en Cabo Rojo por un oficial municipal que, según su relato, la citó con el pretexto de orientarla sobre su negocio de comida y helados, pero terminó entregándola a las autoridades federales. “Yo fui con toda la ilusión porque él me dijo que me iba a ayudar, pero que piense las cosas dos veces antes de actuar así, que sea más humano”, expresó.

Durante su detención, la mujer, que enfrenta el cargo de estar presente en Estados Unidos sin admisión formal a pesar de tener visa de trabajo, fue trasladada a centros de detención en Florida y Nuevo México, donde vivió condiciones que describió como humillantes y dolorosas. “Nunca en mi vida había caído presa. Nunca me había visto como me vi… Fue algo muy bochornoso para mí”, afirmó. Su salud también se afectó, al punto de ver sus niveles de azúcar alterados por el estrés.

Una próxima vista y el anhelo de seguir trabajando

Ahora, Aracelys enfrenta una nueva vista migratoria en Puerto Rico, donde su abogado confía que podrá obtener la residencia permanente. Mientras tanto, sueña con retomar su trabajo y su carrito de helados y comida criolla que recorre toda la isla. “Yo trabajo a nivel isla… No me puedo quedar en un solo sitio”, dijo sonriendo.

Aunque no guarda rencor en su corazón, Aracelys insistió en la importancia de la empatía. “La gente buena no se sabe… pero gracias a Dios estoy aquí y la gente me apoyó”, concluyó.

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