El Gobierno de Estados Unidos anunció la derogación del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para los migrantes haitianos, lo que deja a más de medio millón de personas expuestas a una posible deportación si no abandonan voluntariamente el país.
La secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, quien ya había adelantado una reducción en la duración del programa, confirmó el viernes que la terminación será oficial el 3 de agosto y entrará en vigor el 2 de septiembre.
PUBLICIDAD
Noem justificó la medida —adoptada tras consultas con otras agencias— como parte de un esfuerzo por “restaurar la integridad del sistema migratorio”, al señalar que el TPS debe ser, por definición, una protección temporal. En ese sentido, aseguró que las condiciones actuales en Haití ya no justifican mantener el beneficio, e instó a los ciudadanos haitianos a regularizar su situación migratoria o abandonar el país.
“La situación medioambiental en Haití ha mejorado lo suficiente como para que sea seguro el regreso de sus ciudadanos”, sostuvo Noem en un comunicado. No obstante, evitó mencionar otras crisis que aún afectan a la nación caribeña, como el avance de las bandas armadas.
Un informe reciente de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, publicado a mediados de junio, reveló que al menos 2,680 personas murieron en los primeros cinco meses del año como resultado de la violencia generada por las pandillas, que han ampliado su control territorial más allá de la capital, Puerto Príncipe. La escalada también ha provocado un récord de 1.3 millones de desplazados internos.
El informe señala que entre las víctimas mortales se encuentran al menos 54 niños. Además, documenta más de 950 heridos, 316 secuestros y un incremento en la violencia sexual y el reclutamiento forzado de menores por parte de los grupos armados.
A ello se suma la crisis alimentaria: más de la mitad de la población —unos 5.7 millones de personas— enfrenta graves necesidades nutricionales, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
