París — El Museo del Louvre, el más visitado del mundo, cerró inesperadamente sus puertas este lunes debido a una huelga del personal que denuncia condiciones de trabajo cada vez más insostenibles por el exceso de visitantes y la falta de recursos humanos. La protesta dejó a miles de turistas varados frente a la emblemática pirámide de cristal, y reavivó el debate sobre el impacto del turismo masivo en los grandes centros culturales de Europa.
Según representantes sindicales, los empleados del museo —encargados de la seguridad, recepción y orientación al público— decidieron detener labores ante la creciente presión de una afluencia diaria que supera con creces la capacidad del recinto.
“El Louvre se enfrenta a una grave crisis: saturación por un número incontrolado de visitantes, falta de personal crónica, y condiciones de trabajo degradadas”, denunciaron en un comunicado.
El museo implementó una ruta de emergencia llamada “Ruta de las obras maestras” para permitir un acceso limitado a piezas icónicas como la Mona Lisa y la Venus de Milo, pero la mayoría de las salas permanecieron cerradas. La dirección no ha confirmado cuándo se restablecerá completamente la actividad, aunque fuentes internas anticipan que podría ser este miércoles.
La protesta ocurre en un momento en que el gobierno francés y la dirección del museo han impulsado el ambicioso plan “Louvre Renaissance”, dotado con entre $750 millones y $860 millones, que promete reformas estructurales, una nueva entrada principal y una sala exclusiva para la Mona Lisa. Sin embargo, los trabajadores alegan que las promesas a largo plazo no responden a la urgencia de los problemas cotidianos, como los recortes presupuestarios de años recientes y la carencia de personal en funciones clave.
En 2023, el museo recibió a 8.9 millones de visitantes, una cifra cercana a los niveles récord previos a la pandemia, y se estima que este año la cifra podría ser aún mayor. Para muchos empleados, esta reapertura al turismo masivo ha significado una sobrecarga de trabajo sin que se incrementen los recursos ni se implementen medidas de control de flujo de personas.
El cierre del Louvre, aunque temporal, se produce mientras numerosas ciudades como Barcelona y Venecia enfrentan los efectos de la masificación turística en los grandes patrimonios culturales del mundo.