La tensión en torno a las políticas migratorias de la administración Trump alcanzó un nuevo nivel este jueves, cuando el sheriff del condado de Brevard, Wayne Ivey, lanzó una advertencia contundente a los manifestantes que protestan contra las redadas de inmigración.
En una conferencia de prensa, Ivey afirmó que, en caso de violencia contra sus agentes, la respuesta será letal: dijo que “si lanzas un ladrillo, una bomba incendiaria o apuntas un arma contra uno de nuestros agentes, estaremos notificando a tu familia dónde recoger tus restos, porque te mataremos, muerto de cementerio”.
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Ivey estuvo acompañado por el fiscal general de Florida, James Uthmeier, quien respaldó el mensaje y condenó a quienes, según denunció, han vulnerado la seguridad de agentes federales al publicar su información personal.
Uthmeier aseguró que “ya sea que tomes la mala decisión de provocar disturbios o publicar en línea los datos personales de un agente para causarle daño, estás cometiendo un crimen en Florida”, y añadió que las autoridades “te encontrarán y te harán responsable”.
Como parte de las medidas de protección, Uthmeier anunció que cualquier agente en Florida cuya información personal sea expuesta contará con apoyo directo de la policía estatal. “Cualquier oficial de Florida cuya información privada sea filtrada recibirá visitas regulares de control de bienestar en su residencia y mantendrá comunicación directa con la policía estatal”, explicó.
El fiscal también destacó la postura política del estado frente a las protestas violentas, contrastándola con otras regiones del país. “Florida es el estado anti-disturbios, y a diferencia de California, aquí apoyamos a las fuerzas del orden”, subrayó.
Las declaraciones se dan en medio de una creciente ola de manifestaciones en todo el país, muchas de ellas en respuesta a la intensificación de las políticas migratorias bajo la administración de Donald Trump.
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Esta semana, el presidente desplegó tropas de la Guardia Nacional y del Cuerpo de Marines en Los Ángeles para contener las protestas, mayormente pacíficas, mientras se reportan brotes de movilización en otras ciudades.
Desde el Departamento de Seguridad Nacional se ha confirmado que las medidas de control migratorio continuarán, pese a las críticas de organizaciones civiles que acusan a las autoridades de escalar la violencia y reprimir el derecho a la protesta.
Las palabras del sheriff Ivey, junto con el respaldo del fiscal general, han generado preocupación entre activistas y sectores de la sociedad civil, que consideran que esta retórica amenaza con criminalizar la disidencia y justificar el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades.
