Al menos 2,680 personas han muerto en los primeros cinco meses del año en Haití víctimas de la violencia desatada por las pandillas, que en los últimos meses han ampliado su radio de acción más allá de la capital, Puerto Príncipe, lo que ha provocado también una cifra récord de 1.3 millones de desplazados internos.
Así lo refleja la oficina de Derechos Humanos de la ONU en un informe en el que recoge las cifras de víctimas mortales que ha podido verificar, dentro de las cuales hay al menos 54 niños. Además, tiene constancia de más de 950 heridos y de 316 casos de secuestro, a lo que habría que sumar un repunte de la violencia sexual y del reclutamiento de menores por parte de los grupos armados.
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El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha advertido en un comunicado de que, “por muy alarmantes que sean”, esta batería de datos “no pueden reflejar los horrores que los haitianos se ven obligados a soportar día tras día” y que pueden derivar no sólo de las propias bandas, sino también de turbas o grupos de autodefensa que buscan cubrir el vacío de las fuerzas de seguridad oficiales.
La ONU estima que al menos 25 personas murieron el 20 de mayo en el departamento de Artibonito después de que individuos armados atacasen a personas acusadas de apoyar a las bandas, asestándoles machetazos en una iglesia o en sus propias casas. Diez días después, seis miembros de una misma familia, cuatro de ellas niñas de entre dos y 14 años, murieron asesinadas por tres bandas aliadas en una vivienda de Puerto Príncipe.
USO EXCESIVO DE LA FUERZA
Naciones Unidas también pone en cuestión la labor de las fuerzas de seguridad, toda vez que al menos 1,448 personas han muerto en lo que va de año en operaciones policiales y hay al menos 65 casos de ejecuciones sumarias.
Turk ha instado a los agentes locales a respetar en todo momento los principios de “legalidad, necesidad y proporcionalidad” a la hora de usar la fuerza, teniendo en cuenta también que aquellas personas que hayan podido cometer abusos deben rendir cuentas ante la Justicia.
“La impunidad ante violaciones de los Derechos Humanos y corrupción sirve de catalizador para las crisis prolongadas y multidimensionales a las que se enfrenta el país”, ha advertido Turk, que espera la puesta en marcha “cuanto antes” de las nuevas instituciones judiciales llamadas a depurar responsabilidades.
Asimismo, ha llamado a la comunidad internacional a colaboraren unos meses que prevé “cruciales” para el futuro de Haití y la estabilidad de toda la región y ha recordado, sin aludir a ningún país en concreto, que a día de hoy no se dan en el territorio haitiano unas mínimas condiciones que garanticen que los migrantes deportados no serán víctimas de “discriminación” o “estigmatización”.
