Un británico de origen indio es el único sobreviviente confirmado en el trágico accidente del vuelo AI171 de Air India, que se estrelló pocos minutos después de despegar de Ahmedabad con destino a Londres Gatwick.
El hombre, identificado como Vishwash Kumar Ramesh, fue ingresado en un hospital local con “estado de desorientación y múltiples heridas” en todo el cuerpo, pero las autoridades médicas han indicado que se encuentra fuera de peligro.
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El Boeing 787‑8 Dreamliner llevaba 242 personas a bordo (230 pasajeros, incluidos 11 niños y 2 bebés, más 12 tripulantes), y se estrelló en el vecindario de Meghani Nagar, a las afueras del aeropuerto Sardar Vallabhbhai Patel.
Se confirma que el impacto destruyó una residencia universitaria médica, donde murieron al menos cinco estudiantes, y dejó decenas de heridos.
Según las últimas cifras oficiales, se han recuperado al menos 240 cuerpos, incluyendo personas que se encontraban en tierra; mientras tanto más de 50 personas, entre estudiantes y vecinos, resultaron heridas. Las tareas de rescate y remoción de escombros continúan con el apoyo del ejército indio, bomberos y fuerzas de emergencia.
Posibles causas
Jeff Guzzetti, ex investigador de accidentes de la FAA y la NTSB, afirmó que es un misterio por qué el avión tuvo dificultades para ascender en los momentos finales del vuelo.
El video del avión, tomado justo antes del accidente, no muestra humo ni fuego, por lo que Guzzetti afirmó que no parece que el impacto con un ave haya sido un problema. Incluso si el avión perdió un motor, el segundo debería ser capaz de impulsarlo en el aire, añadió.
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Guzzetti indicó que es posible que ambos motores comenzaran a “retroceder” y a perder potencia al mismo tiempo.
“Esto ocurrió en un accidente de un Boeing 777 al aterrizar en Heathrow hace unos 15 años. Se trató de un retroceso de dos motores debido a la formación de hielo en el combustible. Por lo tanto, podría haber un problema de combustible”, explicó.
“Normalmente, los problemas de contaminación del combustible suelen manifestarse durante el despegue”, explicó.
Por su parte, el consultor en seguridad aérea John Cox señaló que un fallo en los sistemas de control de vuelo, específicamente en los flaps y slats —componentes cruciales que permiten al avión generar sustentación adicional durante el despegue— podría haber impedido que el Boeing 787 alcanzara la velocidad y el ángulo de ascenso adecuados.
Este siniestro representa el primer accidente mortal de un Boeing 787 desde su introducción en 2009, lo que ha levantado preocupación por posibles fallos técnicos, especialmente en el sistema de combustible o configuración de superficies de control aéreo.