Washington D.C., 5 de junio de 2025 — Las solicitudes iniciales de ayuda por desempleo en Estados Unidos alcanzaron las 247,000 durante la semana que finalizó el 31 de mayo, marcando el nivel más alto en ocho meses y superando las expectativas de los analistas, que anticipaban 237,000.
Este incremento coincide con una serie de despidos anunciados por grandes empresas, como Procter & Gamble, que planea eliminar hasta 7,000 puestos de trabajo en los próximos dos años debido a la presión de costos y la incertidumbre económica. Otras compañías, incluyendo Workday, Dow, CNN, Starbucks, Southwest Airlines, Microsoft y Meta, también han reportado reducciones de personal en las últimas semanas.
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A pesar del aumento en las solicitudes, el número total de personas que reciben ayuda por desempleo disminuyó ligeramente a 1.9 millones, lo que sugiere que el mercado laboral, aunque muestra signos de enfriamiento, mantiene cierta estabilidad.
La economía estadounidense se contrajo a una tasa anual del 0.2% en el primer trimestre de 2025, impulsada por un aumento en las importaciones previo a la implementación de nuevos aranceles. Los analistas señalan que las políticas arancelarias fluctuantes de la administración Trump han contribuido a la incertidumbre económica, llevando a muchas empresas a reducir sus proyecciones de ganancias o a abstenerse de proporcionar orientación financiera.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió que tanto el desempleo como la inflación presentan riesgos elevados en este momento, una combinación inusual que complica el doble mandato del banco central: controlar los precios y mantener bajo el desempleo. Powell también señaló que los aranceles han afectado negativamente el ánimo de los consumidores y las empresas, reduciendo la confianza económica general.
El informe de empleo del Departamento de Trabajo, programado para publicarse el viernes, se espera que muestre una ganancia modesta de 130,000 empleos en mayo, una disminución respecto a los 177,000 registrados en abril.
Este panorama sugiere que, aunque el mercado laboral estadounidense no ha entrado en una recesión profunda, enfrenta desafíos significativos que podrían influir en las decisiones futuras de política monetaria y fiscal.
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