Un curioso y hambriento elefante salvaje causó revuelo esta semana en la provincia tailandesa de Nakhon Ratchasima, cuando decidió entrar a una tienda de comestibles en busca de algo para picar.
El protagonista del incidente es Plai Biang Lek, un elefante macho de unos 30 años, bien conocido por los lugareños y trabajadores del Parque Nacional Khao Yai, cercano al lugar del suceso. El lunes, el animal se detuvo frente a un pequeño establecimiento ubicado junto a la carretera, inspeccionó el lugar por unos segundos y, sin más, cruzó la entrada como un cliente habitual.
Dentro, se dirigió tranquilamente al mostrador y comenzó a servirse él mismo: se comió varias bolsas de galletas de arroz dulce, un sándwich y unos plátanos secos, mientras los empleados del parque intentaban, sin éxito, convencerlo de salir. Finalmente, se marchó por su cuenta, con una bolsa de aperitivos en la trompa. Aparte de algunas huellas de lodo y un techo manchado, no causó mayores destrozos.
Kamploy Kakaew, la dueña de la tienda, relató entre risas cómo el elefante saqueó su inventario. “No lastimó a nadie y parecía muy tranquilo. Solo tenía hambre”, contó.
Danai Sookkanthachat, voluntario del parque, explicó que Plai Biang Lek ya es conocido por colarse en casas de la zona en busca de comida, pero que esta es la primera vez que lo ve entrar en una tienda. Poco después, agregó, el elefante fue visto abriendo la ventana de un dormitorio cercano.
Este tipo de encuentros se ha vuelto más común en la región. Los elefantes salvajes, que sumaban unos 4.000 en Tailandia el año pasado según las autoridades ambientales, han comenzado a salir cada vez más del bosque debido a la pérdida de su hábitat natural, invadido por la agricultura y la urbanización. En su búsqueda de alimento, ahora incursionan no solo en viviendas, sino también en comercios.
Por ahora, Plai Biang Lek se ha ganado la simpatía de muchos por su peculiar visita, aunque también pone de relieve el creciente conflicto entre la vida silvestre y los humanos en el país.
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