Mahmoud Khalil, un activista palestino detenido por las autoridades migratorias en Luisiana, pudo finalmente sostener a su hijo recién nacido tras una decisión judicial que se impuso a la férrea oposición del gobierno del expresidente Donald Trump.
El emotivo momento ocurrió días después del nacimiento del bebé, y marcó un punto de tensión en un caso que ha encendido el debate sobre inmigración, derechos civiles y libertad de expresión.
Khalil, residente legal en Estados Unidos y estudiante de posgrado en la Universidad de Columbia, fue arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en marzo, en medio de un aumento de detenciones de activistas vinculados a protestas pro-palestinas. Desde entonces ha permanecido en un centro de detención en Luisiana sin enfrentar cargos penales.
La esposa de Khalil, visiblemente afectada, calificó de “cruel” la postura del gobierno al intentar impedirle ese momento con su hijo. “Ha sido inhumano. Mahmoud no representa ningún peligro. Solo queríamos que conociera a su bebé”, declaró. La mujer ha denunciado que las autoridades han usado el proceso migratorio como castigo por sus ideas políticas y su activismo.
El gobierno argumentó que la visita de Khalil al hospital ponía en riesgo la seguridad y equivalía a otorgar privilegios inusuales a un detenido. No obstante, el juez encargado del caso rechazó esa lógica y autorizó el traslado, permitiéndole sostener brevemente al bebé bajo estrictas medidas de vigilancia.
Organizaciones de derechos civiles han denunciado lo que consideran una detención arbitraria, y aseguran que Khalil está siendo perseguido por su expresión política. El caso ha despertado preocupación en círculos académicos y de derechos humanos, particularmente por el precedente que podría sentar en torno al trato de residentes legales involucrados en causas sociales.
El equipo legal de Khalil aseguró que planea apelar cualquier decisión que facilite su deportación y que continuará luchando por su liberación.
