Pakistán atacó este sábado zonas fronterizas de India en represalia por los misiles disparados horas antes contra tres de sus bases aéreas, en medio de los peores enfrentamientos en décadas entre estas dos potencias nucleares vecinas.
Desde el miércoles, cuando India bombardeó supuestos campos “terroristas” en Pakistán, los dos países del sur de Asia están inmersos en ataques cruzados con misiles, artillería y drones que han matado a más de 50 civiles.
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La espiral de violencia preocupa a la comunidad internacional. Los países del G7 reclamaron una “desescalada inmediata” y el jefe de la diplomacia estadounidense Marco Rubio ofreció la mediación de Washington para iniciar “conversaciones constructivas”.
Las hostilidades comenzaron con un atentado el 22 de abril en la parte india de la disputada región de Cachemira en el que murieron 26 turistas, en su mayoría hombres hindúes.
Nueva Delhi imputa la acción al grupo yihadista Lashkar-e-Taiba (LeT), una organización calificada por la ONU como “terrorista” radicada en Pakistán. Islamabad niega estar detrás del ataque y reclama una investigación independiente.
Este sábado, el conflicto llegó a la capital de Pakistán, con dos fuertes explosiones que sacudieron Islamabad y la vecina ciudad de Rawalpindi, cuartel general del ejército y de los servicios de inteligencia.
India y Pakistán han librado tres guerras a gran escala desde la partición británica y la independencia en 1947, dos de ellas por disputas sobre la soberanía de Cachemira.
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Este territorio de mayoría musulmana quedó dividido por la fuertemente militarizada Línea de Control, pero ambos países lo reivindican como propio en su totalidad.
Varios grupos insurgentes actúan en la zona por la independencia o la anexión a Pakistán. Sus operaciones se intensificaron en 2019, cuando el gobierno indio del nacionalista hindú Narendra Modi revocó la limitada autonomía de Cachemira y la puso bajo control directo de Nueva Delhi.
rr (afp/reuters/dpa)