El Arzobispo de San Juan de Puerto Rico, Roberto Octavio González Nieves, reaccionó este jueves a la elección del cardenal estadounidense Roberto Francisco Prevost como el nuevo papa de la Iglesia Católica.
“Durante todo este tiempo pascual, a raíz de la muerte del Papa Francisco, y en especial, a partir del cónclave iniciado el pasado 7 de mayo, toda la Iglesia, cardenales y demás obispos, todo el clero, religiosos y religiosas y fieles han invocado al Espíritu Santo para que asista a los Señores Cardenales electores para seleccionar al Sucesor del Papa Francisco, el Papa León XIV.
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Continuó: “Como Iglesia, por varios días hemos invocado con mucha ilusión y esperanza al Espíritu Santo para que iluminara a los cardenales electores reunidos en la Capilla Sixtina para concederle a la Iglesia un nuevo pastor, un Papa que nos primee en la caridad, que nos confirme en la fe que sea un forjador de la verdadera esperanza y un líder para la paz mundial. Esta vez, a diferencia de cónclaves anteriores, se ha llevado a cabo un Cónclave con una diversidad sin precedentes tan amplia del Colegio Cardenalicio, pues incluyó representantes de una significativa variedad de países y culturas. Solo mediante la oración, el discernimiento y la presencia del Espíritu Santo ha sido posible la elección de un nuevo Pontífice”.
“Hoy los Señores Cardenales han cumplido con esta encomienda y han seleccionado al Cardenal Prevost, ahora Papa León XIV. Hoy es un día de profunda alegría y esperanza para la Iglesia. Hoy Cristo ha llamado a un nuevo Papa para que dirija a su Iglesia peregrina en el mundo. Es muy significativo que haya seleccionado el nombre de León XIV, en honor a León XIII, quien se recuerda como el Papa de la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Fue un hermoso gesto que hablara también al mundo hispanoparlante en nuestro querido idioma español y que recordara a su pasada Diócesis de Chiclayo en Perú. También debemos recordar que después de la invasión de Estados Unidos a Puerto Rico en el 1898, fue el Papa León XIII quien dispuso que Puerto Rico no fuera asimilada a ser parte de la Iglesia de los Estados Unidos, sino directamente atada a la Santa Sede conservando su identidad hispana”, añadió.
El Arzobispo de San Juan también exhorto a orar por Papa León XIV y la por la unidad de la Iglesia.
“A nosotros y nosotras, los fieles católicos boricuas, siempre nos ha distinguido el amor por la figura del Santo Padre. Esta no ha de ser la excepción. Puerto Rico muestra una particular adhesión al ministerio del Sucesor de San Pedro con su fidelidad, con su amor, sus oraciones y su apoyo maternal. Desde nuestras cálidas coordenadas, mandémosle un caluroso abrazo espiritual a nuestro nuevo Papa León XIV”, concluyó.
¿Quién es Roberto Francisco Prevost?
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Se trata del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, quien fue elegido el jueves en una votación que se consideró bastante rápida debido al corto tiempo en que los cardenales escogieron al sucesor del papa Francisco.
El nombre elegido por Prevost, es León XIV, el cual no se elegía desde el año 1903.
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Es el primer papa estadounidense, pero tiene una relación muy cercana con Latinoamérica, ya que en el año 2015 recibió la nacionalidad peruana, país donde pasó gran parte de su vida y llegó a ser obispo de Chiclayo.
Según informó CNN en Español, Prevost nació en el año 1955 en Chicago, ingresó a la Orden de San Agustín en 1977 y se ordenó sacerdote en 1982. Posteriormente, obtuvo un doctorado en Derecho Canónico en Roma.
Prevost también trabajó como misionero en Perú. En 2018 asumió el cargo de segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana y, en 2020, fue designado por el papa Francisco como administrador apostólico de Callao.
Francisco nombró a Prevost en el 2023, como el jefe de la oficina que evalúa las nominaciones de obispos de todo el mundo, algo que se considera como uno de los trabajos más importantes de la Iglesia Católica.
Prevost fue seleccionado en un cónclave de tan solo dos días. En comparación, en 1922 la elección del papa Pío XI tomó cinco días; en 1939, la de Pío XII duró dos días; en 1958, la elección del papa Juan XXIII tomó cuatro días; en 1963, la de Pablo VI tomó seis días. En 1978, la elección del papa Juan Pablo I tomó dos días, y en el mismo año, la de Juan Pablo II tomó tres.
Más recientemente, en 2005, la elección del papa Benedicto XVI tomó dos días, al igual que la del papa Francisco en 2013.