El papa Francisco continúa en proceso de recuperación tras ser hospitalizado el pasado 14 de febrero debido a una neumonía bilateral.
A sus 88 años, el pontífice argentino permanece ingresado en el hospital Gemelli de Roma, donde recibe terapia respiratoria y física.
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Aunque su estado se ha estabilizado, aún enfrenta desafíos en su salud debido a su enfermedad pulmonar crónica y los episodios recientes de insuficiencia respiratoria aguda.
El Vaticano informó que Francisco pasó una noche tranquila y descansó adecuadamente. Sin embargo, sigue dependiendo de oxígeno suplementario durante el día y de una máscara de ventilación mecánica no invasiva por la noche. Los especialistas en salud advierten que, aunque su condición se ha mantenido estable, el tiempo prolongado en el hospital incrementa el riesgo de infecciones secundarias y podría dificultar su recuperación completa.
A pesar de su ausencia, las actividades en el Vaticano continúan su curso. Este fin de semana, el Año Santo del Vaticano ha estado dedicado a los voluntarios de la Iglesia católica. En la Basílica de San Pedro, el cardenal Pietro Parolin ofició una misa para un grupo provida y transmitió un mensaje del pontífice, en el que instó a proteger la vida desde el nacimiento hasta la muerte natural. El papa alentó a los fieles a extender su labor no solo en favor de los nonatos, sino también de los ancianos y enfermos con condiciones incurables.
Por su parte, el cardenal canadiense Michael Czerny presidirá la oración nocturna del sábado por la salud de Francisco, y el domingo estará a cargo de la misa jubilar por los voluntarios, una celebración que originalmente debía ser presidida por el pontífice.
Durante su estancia en el hospital, el papa ha logrado realizar pequeñas actividades, incluyendo momentos de oración y algo de trabajo. No obstante, los médicos destacan que su recuperación es un proceso lento y lleno de altibajos. Algunos expertos consideran preocupante la duración de su hospitalización y las complicaciones respiratorias que ha presentado en las últimas semanas.
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El doctor Andrew Chadwick, especialista en cuidados respiratorios en los Hospitales de la Universidad de Oxford, señaló que la permanencia prolongada del papa en el hospital podría indicar un cuadro más grave del que se pensaba inicialmente. Por su parte, el doctor Jeffrey Millstein, profesor asistente clínico de medicina interna en la Universidad de Pensilvania, consideró que la evolución del papa es una “situación precaria” pero destacó que aún es posible su recuperación, aunque el proceso será largo.
En los próximos días, se espera un nuevo parte médico que brinde detalles sobre la evolución de la salud del pontífice y su posible salida del hospital. Mientras tanto, el Vaticano sigue adelante con su agenda, manteniendo en oración la pronta recuperación de Francisco.