MISSION, Kansas, EE.UU. (AP) — Una mujer a la que se le negó un aborto en un hospital de Kansas tras sufrir una complicación del embarazo que, según sus abogados, la puso en riesgo de septicemia e incluso de muerte, presentó una demanda en un caso que ya ha dado lugar a una investigación federal.
Mylissa Farmer, de Joplin, Missouri, presentó el martes la demanda ante un tribunal federal contra el Sistema de Salud de la Universidad de Kansas y el organismo público de supervisión que rige su funcionamiento.
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La ley federal obliga a los servicios de urgencias a tratar o estabilizar a las pacientes que se encuentran en trabajo de parto activo y a proporcionar un traslado médico a otro hospital si no disponen del personal o los recursos necesarios para tratarlas. Los centros médicos deben cumplir con la ley si aceptan financiación de Medicare.
Pero la demanda de Farmer alega que el hospital de Kansas City, Kansas, infringió esa ley y una ley estatal contra la discriminación. Una vocera del hospital dijo que los abogados están estudiando la demanda y que es posible que se emita una declaración más adelante.
Según la querella, Farmer estaba “muy feliz” de estar embarazada antes de que se le rompiera la fuente el 2 de agosto de 2022. Le quedaban poco menos de 18 semanas de gestación.
El caso de Farmer se dio en la coyuntura más desfavorable posible: El fallo de la sentencia del caso de Roe vs. Wade había sido anulado cinco semanas antes y, ese mismo día, los residentes de Kansas votaban sobre una medida que habría permitido al Congreso, controlado por los republicanos, endurecer las restricciones para el aborto o prohibir totalmente el procedimiento.
Cuando Farmer acudió al hospital de la Universidad de Kansas, acababa de llevarse a cabo la votación y la medida había sido rechazada. Ese mismo día ya había acudido al Freeman Health System, en Joplin, Missouri. Pero acababa de entrar en vigor una prohibición del aborto en Missouri. La prohibición prevé excepciones en casos de urgencia médica y cuando sea necesario para salvar la vida de la madre, pero ese verano los médicos todavía trataban de entender cuáles casos podían entenderse como una excepción.
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Una investigación federal descubrió que los médicos de ambos hospitales informaron a Farmer de que su feto no sobreviviría, que su líquido amniótico se había vaciado y que corría el riesgo de sufrir una infección grave o perder el útero. Pero la investigación concluyó que ninguno de los dos hospitales interrumpiría el embarazo porque aún se podía detectar el latido del corazón del feto.
Según la demanda, los médicos de Freeman alegaron la prohibición al aborto en todo el estado.
En un principio, un médico de la Universidad de Kansas le sugirió poner fin al embarazo induciéndole el parto para que tuviera la oportunidad de abrazar y despedirse de su hija, a la que ella y su ahora esposo ya habían llamado Maeve. Pero, según la demanda, el médico regresó más tarde y dijo que su criterio médico había sido anulado y que no podía inducir el parto porque sería demasiado “arriesgado” en el “tenso” ambiente “político”.