ISLAMABAD (AP) — Según pronósticos, cerca de 6.5 millones de niños en Afganistán experimentarán niveles críticos de hambre en 2024, de acuerdo con una organización no gubernamental.
Casi tres de cada 10 niños afganos enfrentarán niveles de hambre críticos o de emergencia este año, mientras el país percibe el impacto inmediato de las inundaciones, los efectos a largo plazo de la sequía y el retorno de afganos de los vecinos Pakistán e Irán, de acuerdo con un informe de Save The Children.
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Las nuevas cifras de la iniciativa global de vigilancia del hambre denominada Clasificación Integrada de las Fases de Seguridad Alimentaria pronostican que 28% de la población de Afganistán, es decir, cerca de 12.4 millones de personas, enfrentarán una inseguridad alimentaria aguda antes de octubre. De ellas, se pronostica que alrededor de 2,4 millones experimentarán niveles de hambre de emergencia, que es apenas un nivel antes de la hambruna, de acuerdo con Save the Children.
Las cifras muestran una ligera mejoría con respecto al informe anterior, publicado en octubre de 2023, pero subrayan la continua necesidad de ayuda, ya que la pobreza afecta a la mitad de la población.
Afganistán fue azotado en mayo por lluvias torrenciales e inundaciones repentinas que provocaron la muerte de más de 400 personas. Miles de casas fueron destruidas o dañadas, y las tierras de cultivo quedaron convertidas en lodo.
Save the Children maneja una “clínica sobre ruedas” en la provincia de Baghlan, la más afectada por las inundaciones, como parte de su programa de respuesta de emergencia. La organización añadió que, según pronósticos, 2,9 millones de niños de menos de cinco años sufrirán desnutrición aguda en 2024.
Arshad Malik, director de Save the Children en Afganistán, dijo que la ONG ha tratado a más de 7.000 por desnutrición severa o aguda en lo que va del año.
“Esas cifras son un indicador de la enorme necesidad de apoyo continuo para las familias, ya que éstas sufren un golpe tras otro”, dijo Malik. Los niños sienten el devastador impacto de tres años de sequía, altos niveles de desempleo y el regreso de más de 1,4 millones de afganos de Pakistán e Irán, añadió.