WASHINGTON (AP) — El asediado presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, trató de demostrar el martes que tiene todo bajo control e insistió que no está negociando con la representante de extrema derecha Marjorie Taylor Greene al tiempo que se volvieron a reunir en el Capitolio y Greene sopesaba si seguía adelante con una votación para destituir a Johnson.
Fue el segundo día que Johnson se reunió en privado con Greene, una importante aliada de Donald Trump, y ella esbozó cuatro exigencias, incluido no proporcionar más fondos a Ucrania y poner fin a los casos jurídicos del fiscal especial del Departamento de Justicia contra el expresidente.
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Greene amenazó con convocar una votación para destituir al presidente de la cámara baja, pese a las objeciones del propio Trump y de otros colegas republicanos que quieren poner fin al caos en el Capitolio. Otro legislador de línea dura, el representante Thomas Massie, respaldó su esfuerzo y ha estado en las reuniones.
Greene dijo que tenía “altas expectativas” de que el presidente de la cámara baja cumplirá.
“Esto es lo que está pidiendo toda la gente del país”, dijo Greene el martes en el podcast “War Room” de Steve Bannon. “Quieren ver esta votación”.
Los riesgos políticos son altos tanto para el titular de la cámara, que está bajo críticas por depender del respaldo de los demócratas para salvar su puesto, y para la representante, que podría ser marginada si pocos republicanos se unen a sus esfuerzos contra Johnson.
Juntos, Johnson y Greene parecen estar trabajando en un acuerdo que proporcionaría una salida política al enfrentamiento y beneficiaría a ambos al evitar otro espectáculo desordenado en torno al cargo.
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“Han sido discusiones muy productivas. Eso es lo que diré”, comentó Johnson luego de la reunión de 90 minutos de duración.
Anteriormente, Johnson restó importancia a la idea de que hubiera algún tipo de acuerdo en la reunión con los legisladores.
“Esta no es una negociación”, señaló.