El presidente Joe Biden quiere ganar votos provocando algunas risas a expensas de Donald Trump, desatando burlas con el objetivo de molestar al expresidente y recordarle al país sus errores.
Como un cómico que perfecciona su rutina, el presidente demócrata ha estado probando y ampliando sus chistes durante las últimas semanas. Comenzó con críticas a los problemas financieros de su oponente republicano, y ahora Biden se burla regularmente del peinado de Trump, de su educación mimada y de su intento de ganar unos dólares extra vendiendo una edición especial de la Biblia.
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Biden utiliza el humor para pintar a Trump como un bufón indigno de la Oficina Oval, pero no llega a convertir las elecciones en un motivo de risa.
A veces descubre que unos cuantos chistes pueden energizar a la audiencia incluso más que una importante victoria política y desviar la valiosa atención de un oponente que, de otro modo, acapara la atención incluso mientras se encuentra atrapado en un tribunal de Nueva York en su primer juicio penal.
El último ejemplo se produjo en la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca el sábado por la noche. Después de años en los que Trump constantemente acusó a Biden de “somnoliento” y se burló de su edad —Biden tiene 81 años, Trump tiene 77—, el demócrata devolvió el insulto después de que el republicano pareció quedarse dormido en el tribunal.
Biden apodó a su rival “Don Somnoliento”, también dijo: “Por supuesto, las elecciones de 2024 están en pleno apogeo y sí, la edad es un problema”, agregó. “Soy un adulto que compite contra un niño de 6 años”.
Trump no pareció apreciar las bromas y publicó en su red social que la cena fue “realmente mala” y que Biden fue “un desastre absoluto”.
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Pero los chistes en el evento anual de gala, en el que también participa un comediante profesional —este año fue Colin Jost de “Saturday Night Live” de NBC_, no son nada nuevo. La verdadera esencia de la rutina de Biden llega durante los discursos de campaña en los que dedica unos momentos a criticar a Trump entre políticas y logros legislativos.
“¿Recuerdan cuando él trataba de lidiar con el covid? Sugirió inyectarse un poco de lejía en las venas”, dijo Biden el miércoles a un sindicato, describiendo la orientación de Trump desde la Casa Blanca durante la pandemia. “Le falló. Todo se le fue al cabello”.
Biden rara vez hace referencia a los casos judiciales de Trump, pero bromea sobre los problemas financieros que comenzaron poco después de que se ordenara al expresidente pagar 454 millones de dólares en un caso civil en Nueva York.
“Justo el otro día”, dijo Biden en un evento para recaudar fondos en Dallas el mes pasado, “un tipo con aspecto derrotado se me acercó y me dijo, ‘señor presidente, necesito su ayuda. Estoy abrumado por las deudas. No tengo nada’. Tuve que decir: ‘Donald, no puedo ayudarte’”.