Casi una cuarta parte de las personas que perdieron su servicio de asistencia médica Medicaid durante las revisiones de elegibilidad posteriores a la pandemia aún carecen de seguro médico y los altos costos les impiden obtener otro plan de cobertura, reveló una nueva encuesta el viernes.
Al menos 20 millones de estadounidenses de bajos ingresos han perdido su seguro médico federal desde que la disposición que impedía a las autoridades estatales cancelar la inscripción a sus residentes durante la pandemia de COVID-19 llegó a su fin en marzo de 2023, según el rastreador de revocaciones de KFF. La cifra supera la predicción inicial del gobierno del presidente Joe Biden, que era de 15 millones de personas.
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Los estados tienen hasta al menos junio —algunos más— para finalizar las revisiones de elegibilidad, por lo que los expertos señalan que es probable que el número aumente. La inscripción a Medicaid a nivel nacional creció casi un tercio durante la pandemia, de 71 millones de personas en febrero de 2020 a 94 millones en abril de 2023.
El número de cancelaciones de inscripción y de personas sin seguro médico podría ser mucho mayor, advirtió Joan Alker, directora ejecutiva y cofundadora del Centro Infantil y Familiar de la Universidad Georgetown. Esto se debe a que la encuesta no toma en cuenta a los niños, que han sido uno de los grupos más afectados por las revocaciones.
“La pregunta es: ‘¿Cuánto tiempo van a permanecer sin seguro?’”, dijo. “Los estados que quieran dar cobertura médica a sus habitantes tendrán que trabajar mucho para recuperarlos”.
La mitad de las personas que estaban inscritas en Medicaid antes de perder el servicio afirmaron que habían oído poco o nada sobre el proceso, según la encuesta de KFF, que incluye respuestas de 1,227 adultos que anteriormente contaban con ese programa de atención médica.
El 56% de quienes fueron dados de baja de Medicaid dijeron en la encuesta que pospusieron la atención médica necesaria al tiempo que intentaban renovar el servicio.
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Y los costos de atención médica de cualquier tipo pueden ser una carga importante para los estadounidenses de bajos ingresos, subrayó Sara Rosenbaum, de la Escuela de Salud Pública y Servicios de Salud de la Universidad George Washington.
“De pronto, una consulta médica que no les costaba nada (antes), digamos que les va a costar cinco dólares. Esos 5 dólares pueden ser 500 para algunas personas”, detalló.
La mayoría de los encuestados también señaló que tuvo problemas al intentar renovar su cobertura de Medicaid, como largos tiempos de espera en el teléfono y problemas con el papeleo. Eso corresponde con las preocupaciones de defensores y funcionarios sobre la enorme cantidad de cancelaciones de inscripción procesales —cuando las personas son dadas de baja debido a errores en el papeleo o por no devolver los formularios.
En los 10 estados que aún no han ampliado Medicaid era más probable que se exigiera a la población que presentara un comprobante de residencia para renovar su cobertura, mostró la encuesta de KFF, y en general a las personas negras e hispanas era más probable que se les solicitara un documento que corroborara su estatus legal.
Eso hace que un proceso ya complicado sea aún más arduo.
“Sabemos desde hace décadas que cuanto más engorroso sea el proceso de solicitud y renovación, mayor será la probabilidad de que las personas completamente elegibles no obtengan la cobertura a la que tienen derecho”, afirmó Rosenbaum.
Según KFF, más de 30 millones de personas todavía esperan sus renovaciones de Medicaid, mientras que a 43,6 millones se les ha renovado su cobertura.
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El Departamento de Salud y Ciencias de The Associated Press recibe apoyo de la Fundación Robert Wood Johnson. La AP es la única responsable de todo el contenido.