WASHINGTON (AP) — Japón le regalará a Estados Unidos 250 cerezos nuevos para ayudar a reemplazar a los cientos de árboles que serán arrancados este verano cuando los equipos de construcción empiecen a reparar el deteriorado malecón alrededor de la Cuenca Tidal de la capital.
El primer ministro japonés Fumio Kishida hizo el anuncio luego de que el presidente Joe Biden lo recibió en la Casa Blanca el miércoles para una visita oficial y cena de Estado. Biden dijo que el regalo conmemorará el 250mo aniversario de la creación de Estados Unidos en 2026, y añadió: “Al igual que nuestra amistad, estos árboles son atemporales, inspiradores y prósperos".
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En 1912, la primera dama Helen Herron Taft y la vizcondesa Chinda, esposa del embajador japonés ante Estados Unidos, plantaron dos cerezos Yoshino en la orilla norte de la Cuenca Tidal en el río Potomac. Formaban parte de los 3.000 cerezos que Japón le regaló a Estados Unidos como símbolo de la amistad entre ambos países.
Los árboles florecen en rosas y rojos brillantes cada primavera y atraen a más de un millón de visitantes a Washington. Aparte de embellecer la estética de la capital de la nación, el último regalo refleja la alianza geopolítica entre Biden y Kishida mientras mantienen conversaciones sobre la delicada situación de seguridad en el Pacífico. La cena de Estado está pensada para homenajear a uno de los aliados más fuertes de Biden.
Funcionarios de alto rango del gobierno señalaron en una llamada con periodistas que los dos regalos más importantes que los países extranjeros han hecho a Estados Unidos son posiblemente la Estatua de la Libertad —que vino de los franceses y se inauguró en 1886— y los cerezos de Japón en Washington.
La Cuenca Tidal es un embalse artificial de 43 hectáreas (107 acres) que rodea el Monumento a Thomas Jefferson y alberga la mayor concentración de cerezos. Los funcionarios de alto rango dijeron que cuando los japoneses se enteraron de que algunos de los árboles serían talados debido a las obras de construcción, se ofrecieron inmediatamente a proporcionar retoños cuando llegara el momento.
“Confío en que el vínculo en forma de flor de cerezo de la alianza entre Japón y Estados Unidos continúe haciéndose aún más denso y fuerte, en el Indo-Pacífico y en todos los rincones del mundo”, declaró Kishida.