Tras el trágico incidente en Corozal, donde Jennifer Marrero Pérez perdió la vida a manos de su expareja, Abimelec Montesino, de 31 años, es necesario que las mujeres protejan su seguridad tras una ruptura sentimental.
En ese contexto, Ileana Espada, oficial de cumplimiento del Comité de Prevención, Apoyo, Rescate y Educación (PARE), ofreció una serie de consejos prácticos para ayudar a las víctimas a protegerse y buscar seguridad. De igual forma, la directora ejecutiva de Matria, Cristina Parés Alicea, subrayó la importancia de reconocer los indicadores de violencia machista y actuar con cautela especialmente al momento de una ruptura sentimental.
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Parés advirtió que este momento representa un alto riesgo para las víctimas, ya que la persona agresora puede intensificar su control y manipulación.
“Es crucial tener presentes los indicadores de que estamos frente a una persona agresora o con potencial de serlo”, enfatizó Parés. Además, instó a buscar asesoramiento para realizar una evaluación de letalidad y elaborar un plan de seguridad efectivo.
Por su parte, Espada subrayó que la responsabilidad no recae en las víctimas, sino en el entorno que les rodea. Señaló que es fundamental reconocer que la situación por la que atraviesan no es culpa suya y que buscar ayuda no es signo de debilidad.
“Es bien importante que esto lo recalquemos, porque muchas veces pueden minimizarlo o pensar que no pasará nada”, expresó Espada. “Es clave romper con la idea de que ‘a mí no me pasará’, porque la violencia doméstica no discrimina y puede ocurrir en cualquier momento”, añadió la fiscal.
Además, destacó la importancia de identificar indicadores de alto riesgo en las relaciones, como la frecuencia y severidad de las agresiones físicas, así como la manipulación y control por parte del agresor. De igual forma, resaltó la necesidad de estar alerta ante patrones de acecho y comportamientos violentos dirigidos no solo hacia la víctima, sino también hacia sus familiares e incluso mascotas.
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En cuanto a medidas de seguridad, Espada enfatizó la importancia de ser prudente en el uso de las redes sociales. “Hay que evitar revelar información sobre ubicaciones y actividades que puedan exponer a la víctima”, dijo. Asimismo, instó a familiarizarse con planes de escape y seguridad personal.
“Parte del plan de escape consiste en preparar un bulto, tener todos los documentos importantes a la mano, dejar ese bulto y documento en la casa de algún familiar o amigo de confianza. Es bien importante que haya un lugar seguro al cual acudir en caso de que necesite escapar y hay que llamar a las autoridades”, señaló Espada quien a su vez recalcó que no es necesario tener evidencia para llamar a las autoridades en casos de acecho.
“Además, es crucial buscar apoyo en la comunidad, compartir la situación con personas de confianza y considerar la posibilidad de solicitar órdenes de protección”, continuó.
Parés también destacó la importancia de crear un círculo de apoyo y acompañamiento como parte integral del plan de seguridad. “Buscar apoyo en organizaciones especializadas es esencial”, agregó, y subrayó la necesidad de evaluar detalladamente cada caso y preparar un plan personalizado que incluya medidas como relocalización, servicios psicosociales y legales.
“Buscar apoyo en organizaciones especializadas es esencial para que el caso sea evaluado en detalle y pueda prepararse un plan de seguridad que puede incluir relocalización, servicios psicosociales, servicios legales y mucho más”, aseguró Parés.
Entre los recursos disponibles, Espada mencionó líneas de ayuda como la de la Procuradora para la Mujer y el Directorio del Comité PARE, donde se pueden encontrar números de orientación y apoyo. También destacó la importancia de informarse sobre los derechos legales de las víctimas, incluyendo la posibilidad de cambio de número telefónico y consulta de historial judicial a través del Poder Judicial.
“La seguridad de las víctimas es una responsabilidad colectiva. Es crucial que como sociedad reconozcamos la gravedad de la violencia doméstica y brindemos un apoyo sin juzgar, sin novedad, pero con determinación”, enfatizó la fiscal Espada.
Espada compartió su experiencia trabajando con víctimas y resaltó la importancia de brindarles un entorno de apoyo y comprensión. “He visto el impacto devastador de la violencia doméstica en la vida de las personas. Es crucial que no solo brindemos ayuda práctica, sino también acompañamiento emocional y solidaridad”, recalcó.
La oficial de cumplimiento enfatizó que la violencia doméstica no distingue entre géneros, razas o clases sociales, y que todas las personas merecen vivir en un entorno seguro y libre de violencia. “La violencia doméstica es un problema sistémico que requiere una respuesta colectiva”, afirmó. “Es responsabilidad de todos trabajar juntos para crear comunidades seguras y libres de violencia”.
Feminicidios en el 2024
(Fuente: Observatorio de equidad de Género de Puerto Rico)
El primer feminicidio del año ocurrió en Toa Alta el 8 de enero del 2024, contra Ada Torres Morales de 75 años. Torres Morales murió a manos de su esposo Manuel Santiago Alvarado de 65 años quien posteriormente se suicidó. Según la investigación, los hechos ocurrieron luego de una discusión entre la pareja donde el hijo de la pareja también falleció tras ser herido de bala por su padre.
Posteriormente, el 11 de enero en Toa Baja murió Moraida Rivera Emerson, donde su pareja identificado como Manuel Maldonado Marrero, le disparó y luego se suicidó. La pareja había comenzado a convivir dos semanas antes, tras casi un año de relación.
El 23 de enero en Cabo Rojo, Milka Ivette Méndez Pérez, fue encontrada sin vida con una herida de bala con escopeta en el pecho. Su esposo, identificado como Kelly Felipe Toro Martínez, dijo que la mujer había cometido suicidio, sin embargo, la policía indicó que la escena no era compatible con esta alegación. Toro Martínez quien fue arrestado es el sospechoso del caso.
Un día después, el 24 de enero murió Linnette Morales Vázquez de 30 años. En una trágica escena ocurrida en Yauco donde también murió su madre Lizette Vázquez Vélez. En el incidente también murió el hermano de Morales Vázquez, Luis Miguel Morales Vázquez. Los hechos ocurrieron cuando Wilfredo Hiram Santiago, quien tenía historial delictivo por violencia de género con otras parejas asesinó a Morales Vázquez y posteriormente se suicidó. Este violó una Orden de Protección y ese mismo día tuvo una vista preliminar del caso en su contra. PSAJ recomendó imponer supervisión electrónica – pero la juez no la impuso y posteriormente ocurrieron los hechos.
El 20 de febrero se registró el sexto feminicidio, el mismo ocurrió en Arecibo, donde se encontró el cuerpo de Elmaris Ortiz Velázquez de 26 años dentro de un vehículo. Su cuerpo presentaba varios impactos de bala.
El 4 de marzo se registró el séptimo feminicidio en Aguada donde la maestra Marisol Muñiz González, de 60 años, murió abatida a tiros por Luis Alberto Valle González, de 65 años, con quien mantenía una relación reciente. El hombre se suicidó en el lugar con el arma homicida para la cual contaba con licencia.
El 4 de abril ocurrió el octavo feminicidio en Corozal. Allí Jennifer Marrero Pérez, de 35 años, fue asesinada de un disparo en la frente por su expareja Abimalec Montesinos Santiago, de 30 años.
¿Dónde buscar ayuda por violencia de género en Puerto Rico?
* Coordinadora Paz para la Mujer: 787-281-7579, 787-777-0378
* Línea de Ayuda 939-CONTIGO (24 horas) - 939-266-8446
* Línea de apoyo “Community Alliance for Integrated Sevices to Victims” (Proyecto CAISS, 24 horas)- 939-255-9800
* Línea de apoyo Hogar Nueva Mujer (24 horas)- 787-202-4634
* Línea de apoyo Proyecto Matria (24 horas)- 787-489-0022
* Línea de orientación legal para sobrevivientes de violencia de género de la Casa Protegida Julia de Burgos (de martes a jueves de 4:00 p.m. a 7:00 p.m.)- 939-301-0525
* Oficina de la Procuradora de las Mujeres: Línea de emergencia: 787-722-2977 Línea de emergencia fuera del área metro- 1-800-981-9676 San Juan- 787-721-7676