QUITO (AP) — México rompió relaciones diplomáticas con Ecuador luego de que la policía irrumpió el viernes en la embajada mexicana en Quito para detener a un exvicepresidente ecuatoriano que había solicitado asilo político allí tras ser acusado de corrupción.
Luego de que los agentes entraran por la fuerza a la legación diplomática para arrestar a Jorge Glas, que residía allí desde diciembre, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo en su cuenta en la red social X que, ante la “violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía” de su país, ordenó a la Cancillería “que de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador”. Además, calificó la detención de “hecho autoritario”.
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Un vehículo blindado salió el sábado desde la unidad de flagrancia de la Fiscalía en el centro norte de Quito, en medio de un amplio resguardo miliar y policial, donde, según medios ecuatorianos se presume era trasladado el exvicepresidente ecuatoriano. Personas que se encontraban en los exteriores gritaron “fuerza” a la salida de la caravana.
El expresidente Rafael Correa, de quien Glas fue vicepresidente, escribió un mensaje en la red social X, en el cual difunde un video en el que se puede divisar a un avión de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, donde militares y policías ayudan a subir con mucha dificultad a una persona que asegura es Glas. Según el exmandatario, es trasladado a Guayaquil.
La asambleísta por el movimiento político Revolución Ciudadana al que pertenece Glas, Jahaira Urresta, y quien junto a otros legisladores acudió a la fiscalía, aseguró a los medios que la fiscalía no ha explicado la situación jurídica del exvicepresidente y exigió se cumpla “el debido proceso” en el caso.
Glas, que posiblemente era la persona más buscada en Ecuador, fue condenado en 2017 en dos procesos — uno por sobornos y otro relacionado con la trama Odebrecht — pero salió de prisión en noviembre de 2022 tras recursos judiciales. Las autoridades ecuatorianas siguen investigando presuntas irregularidades durante su gestión en las labores de reconstrucción del terremoto de 2016.
Los policías, que llegaron a la sede diplomática mexicana en vehículos negros, rompieron las puertas exteriores del recinto ubicado en el norte de la capital ecuatoriana y accedieron a los patios para apresar a Glas.
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Los presidentes de Colombia y Honduras reaccionaron el sábado por la irrupción policial en la embajada mexicana en Quito.
“Se ha roto la convención de Viena y la soberanía de México en Ecuador”, señaló el sábado el presidente colombiano, Gustavo Petro, en su cuenta de X, antes Twitter, donde insistió que “cualquiera que sean las construcciones sociales y políticas en cada país, debe mantener vivos los preceptos del derecho internacional”.
Petro dijo respetar el derecho universal al asilo político y se solidarizó con el personal diplomático de México.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, repudió en la misma red lo que consideró como “un acto intolerable para la comunidad internacional” y una “violación a la soberanía del Estado mexicano y al derecho internacional”, en alusión a la incursión policial en la embajada mexicana en Ecuador, porque “ignora el histórico y fundamental derecho al asilo”, dijo.
Roberto Canseco, jefe de la sección consular mexicana en Quito, dijo a The Associated Press: “Estoy atónito por la situación que se ha dado (...) Es la peor acción que he podido presenciar de un gobierno extranjero. Es totalmente inaceptable que hayan violado el estatus diplomático de la embajada”.
“Simplemente, temo por su vida”, añadió Canseco, quien forcejeó con los agentes en una calle aledaña a la embajada y terminó en el piso, y aseguró que fue encañonado.
El gobierno ecuatoriano defendió su actuación en un comunicado en el que confirmó la detención de Glas y su puesta a disposición de las autoridades judiciales.
El texto, titulado “Defendemos la soberanía nacional, cero impunidad”, indicó que “ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político” y añadió que “al haberse abusado de las inmunidades y privilegios a la misión diplomática que albergaba a Glas y conceder un asilo diplomático contrario al marco convencional, se ha procedido con su captura”.
La canciller mexicana, Alicia Bárcena, confirmó en otro mensaje en X la ruptura inmediata de los lazos diplomáticos alegando “la flagrante violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano en Ecuador”.
“En este sentido, el personal diplomático de México en Ecuador abandonará ese país de inmediato”, destacó apuntando que su país “espera que Ecuador ofrezca las garantías necesarias” para la salida. Además, México recurrirá a la Corte Internacional de Justicia para denunciar la responsabilidad de Ecuador por violaciones al Derecho Internacional, añadió.
La embajada de México en Quito contaba con una fuerte custodia policial el viernes en la noche. Uniformados cerraron la principal avenida de acceso. Horas antes, en las inmediaciones de la legación diplomática había grupos militares.
Poco antes de la entrada de los uniformados, Bárcena había pedido a Ecuador, en un mensaje en X, la concesión de un salvoconducto a Glas para abandonar el país. “El derecho de asilo es sagrado y estamos actuando en congruencia plena con las convenciones internacionales, otorgando asilo a #JorgeGlas. Confío en que el gobierno de Ecuador disponga del salvoconducto cuanto antes”.
La tensión entre los dos países había aumentado en la víspera después de que López Obrador hizo unas declaraciones que Ecuador consideró “muy desafortunadas” sobre las elecciones que ganó su homologo, Daniel Noboa.
El mandatario mexicano aludió a que el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio días antes de los comicios había influido en la tendencia de voto y afectó a la candidata progresista, que iba a la cabeza de las encuestas, en referencia a Luisa González, designada por el expresidente Rafael Correa.
González, de Revolución Ciudadana, fue candidata presidencial tras la declinación de Jorge Glas.
Como reacción a las declaraciones de López Obrador, el gobierno ecuatoriano declaró persona non grata a la embajadora de México.