BERLÍN (AP) — Italia siguió el ejemplo de Francia el lunes al reforzar la seguridad tras el ataque a una sala de conciertos en Rusia que fue reivindicado por una filial del grupo extremista Estado Islámico.
El atentado del viernes renovó la atención en Europa sobre el riesgo de los extremistas, y particularmente de la filial de Asia Central, cuando el continente se prepara para grandes eventos como los Juegos Olímpicos en París y la Eurocopa en Alemania.
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Francia elevó el domingo su alerta de seguridad al más alto nivel. El lunes, Italia decidió aumentar la seguridad en torno a las celebraciones de la Semana Santa y Pascua.
Se incrementarán tanto la vigilancia como los controles, “prestando la mayor atención a los lugares de mayor concentración y tránsito de personas, así como a los objetivos sensibles”, detalló el Ministerio del Interior italiano en un comunicado. El papa Francisco tiene una apretada agenda de eventos en Roma y el Vaticano antes del Domingo de Pascua.
En Alemania, el portavoz del Ministerio del Interior, Cornelius Funke, dijo que la amenaza de los extremistas islámicos “sigue siendo grave”, pero que la evaluación de riesgos de las autoridades no ha cambiado hasta ahora como resultado del ataque de Moscú.
En Serbia, durante el fin de semana se vio a agentes de la policía secreta con ametralladoras patrullando las calles de Belgrado. El presidente Aleksandar Vucic dijo que ellos y policías vestidos de civil vigilarán los recintos deportivos y los centros comerciales de la capital. La medida fue criticada por los opositores de Vucic por considerarla innecesaria y destinada a asustar a la población.
Una filial del Estado Islámico conocido como ISIS-K, IS-K o ISPK, se atribuyó la responsabilidad del ataque de Moscú, una afirmación que Estados Unidos y otros funcionarios occidentales ya han confirmado. La filial ha llevado a cabo ataques en repetidas ocasiones en Afganistán desde que los talibanes tomaron el poder en 2021.
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El grupo fue responsable del atentado suicida de agosto de 2021 en el aeropuerto de Kabul que dejó 13 soldados estadounidenses y unos 170 afganos muertos durante la caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán. También se atribuyó la responsabilidad de un ataque con bomba en Kerman, Irán, en enero que mató a 95 personas en una procesión conmemorativa.
Pero además ha estado activo y en el radar de las autoridades en Europa.
IS-K, que según Funke del Ministerio alemán “es, hasta donde sabemos, la rama más agresiva del Estado Islámico en la actualidad”, ha sido vinculado por las autoridades alemanas con tres presuntos complots desde julio. Entre ellos un presunto plan que llevó a las autoridades a reforzar la seguridad en la catedral de Colonia durante la Navidad.
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Colleen Barry en Milán, Sylvie Corbet en París y Dusan Stojanovic en Belgrado, contribuyeron a este despacho.