Esta semana, Estados Unidos ha empezado a solicitar a los migrantes que se sometan a tecnología de reconocimiento facial para poder abordar vuelos domésticos, si estos no cuentan con pasaporte. El cambio creó confusiones entre los inmigrantes y grupos activistas de Texas, pues los migrantes sintieron que estaban siendo rechazados.
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA por sus siglas en inglés) dijo a The Associated Press este pasado jueves que los migrantes sin una identificación con fotografía adecuada que quieran abordar vuelos deberán someterse a una tecnología de reconocimiento facial para verificar su identidad en los archivos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).
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“Si la TSA no puede cotejar su identidad con los registros del DHS, tampoco podrán ingresar a las zonas seguras del aeropuerto y se les denegará el abordaje”, señaló la agencia.
Este cambio no se da en respuesta a una amenaza contra la seguridad
Se desconoce cuando este cambio entró en vigencia. Según recogió The Independent, los funcionarios de la agencia no especificaron cuándo la TSA hizo el cambio, y sólo dijeron que era reciente y que no era en respuesta a una amenaza concreta para la seguridad del país.
Los migrantes y las abrumadas comunidades en la frontera entre Estados Unidos y México dependen mucho de las aerolíneas para trasladar a las personas migrantes a otras ciudades del país donde ellos tienen amigos y familiares, y adonde la Patrulla Fronteriza suele ordenarles que vayan para realizar sus trámites de inmigración.
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El cambio tomó por sorpresa a los grupos que trabajan con estos grupos específicos y muchos migrantes llegaron a preguntarse si podrían perder cientos de dólares gastados en boletos de avión no reembolsables. Después de que un grupo de migrantes regresó a un refugio en McAllen el martes, diciendo que fueron rechazados en el aeropuerto, los defensores intercambiaron mensajes tratando de averiguar cuáles eran los nuevos procedimientos de la TSA.
“Causó una tremenda angustia a la gente”, dijo el reverendo Brian Strassburger, director ejecutivo del Ministerio Jesuita de Fronteras Del Camino, un grupo en Texas que proporciona ayuda humanitaria y aboga por los migrantes.